Roma anuncia que aprobará su ajuste antes del domingo
Los medios italianos critican la desaparición de Berlusconi y la oposición exige su dimisión.- Crece el consenso sobre un posible Gobierno técnico dirigido por Mario Monti
El ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, ha abandonado esta mañana precipitadamente la reunión del Ecofin en Bruselas y ha volado a Roma, según ha explicado porque debía "cuadrar el presupuesto". La frase parece significar que el Ejecutivo está dispuesto a adelantar las medidas de austeridad que deberían llevar las cuentas públicas al déficit cero en 2014, como una forma de mandar una señal a los especuladores. La mayoría de Gobierno y la oposición han acordado esta mañana que el ajuste será aprobado antes del domingo.
La noticia, unida al hecho de que el Banco Central Europeo ha comprado deuda italiana para mantener su cotización, ha ayudado a calmar los ataques de los especuladores en la Bolsa de Milán. La sesión ha abierto con pérdidas cercanas al 5% y se han suspendido una decena de cotizaciones, sobre todo de bancos y aseguradoras, por exceso de bajada, pero luego el columpio ha subido y a medio día las aguas parecían calmadas, con un ligero rebote del 0,2% en el índice general.
El diferencial de la deuda soberana con los bonos alemanes ha subido otra vez durante la mañana, y ha tocado los 347 puntos básicos pero después ha bajado hasta los 328. La subasta de títulos del Tesoro a un año, por valor de 6.750 millones de euros, se ha cerrado con la subida de los rendimientos hasta el 3,67%, desde el 2,1% precedente.
Mientras tanto, la oposición ha acogido la llamada a la cohesión nacional lanzada ayer por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y ha anunciado que apoyará en bloque la rápida aprobación parlamentaria del ajuste fiscal propuesto por el consejo de ministros.
El Partido Democrático ha prometido una "actitud responsable", pero a cambio ha exigido la inmediata dimisión de Berlusconi al frente del Gobierno. Massimo D'Alema, líder en la sombra del PD, ha dicho que el ajuste diseñado por Tremonti "castiga a los que menos tienen", pero que así y todo su partido lo apoyará por responsabilidad nacional. Luego, según D'Alema, "Berlusconi debe irse a casa" y un Gobierno técnico debe guiar al país a través de la tormenta.
El nombre del prestigioso economista Mario Monti, presidente de la Universidad Bocconi de Milán, parece ganar apoyo entre los grupos opositores, aunque nadie cuenta con que Berlusconi vaya a presentar su dimisión. En todo caso, la decisión de disolver las Cámaras compete al presidente Napolitano, y este parece inclinado a mantener la precaria estabilidad política. Pese a las evidentes dificultades que sufre el Gabinete, Berlusconi dispone todavía de la mayoría en las Cámaras.
Casi todos los medios italianos ponen hoy en cuestión el liderazgo moral y político de Berlusconi, y critican la escasa capacidad de reacción de un Gobierno dividido, asediado por los escándalos de corrupción, y que ayer desapareció por completo de la escena mientras los mercados se hundían.
'Varios diarios cuentan hoy que Berlusconi almorzó ayer con sus cinco hijos en su villa de Arcore con el fin de estudiar posibles salidas a la sentencia que ha condenado a Fininvest, la caja fuerte familiar, a pagar una indemnización de 560 millones de euros a CIR, editor de La Repubblica, por los daños causados por la decisión del juez que arbitró el Laudo Mondadori a favor de Fininvest tras ser corrompido por los abogados de este.
Allí recibió la llamada de la canciller Angela Merkel, que según La Stampa le dijo a Berlusconi que debe actuar con rapidez y le advirtió que Italia tendrá que salvarse sola, es decir que no habrá paracaídas europeo si las cosas van a peor.
Quizá como una metáfora de la extraña relación que mantiene hoy Berlusconi con su país, y como ejemplo de que su gran preocupación son sus problemas personales y empresariales, su periódico, Il Giornale, ignora hoy en primera página el lunes negro sufrido por Italia, y titula "Se hunde De Benedetti", en referencia a la caída del 7% sufrida ayer por las acciones de CIR.
Se diría que ese es el único consuelo de Berlusconi en un momento en que, según escribe Ezio Mauro en La Repubblica, "es un líder obligado a callar porque sabe que no es creíble, como si supiera que se ha construido una suerte de 'impeachment' a golpe de escándalos".
Tampoco son buenas las últimas noticias judiciales para Tremonti. Los fiscales de Nápoles que han imputado por corrupción a su exmano derecha, Marco Milanese, el asesor que pagaba los 8.500 euros de alquiler de la casa romana donde vivía el ministro, han afirmado que Tremonti tendrá que volver a declarar para aclarar las relaciones entre Milanese y la Guardia de Finanzas.
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