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La crisis del euro

Grecia cede y abre la puerta a retrasar el pago de su deuda

Papaconstantinu abre la puerta a un acuerdo "voluntario" con sus acreedores para evitar un impago. -El Parlamento alemán aprueba con condiciones dar más dinero a Atenas

El ministro de Hacienda de Alemania, Wolfgang Schäuble, ha logrado el apoyo del Parlamento alemán hoy para un segundo rescate a Grecia, aunque con dos condiciones: más ajustes y que los bancos que tienen deuda del país pasen también por caja, una opción que cada vez está más cerca, aunque sigue sin aclararse la forma en la que se llevará a cabo. Sobre este extremo, desde el interior del país mediterráneo, el Ejecutivo de Yorgos Papandreu se ha mostrado abierto por primera vez a incluir al sector privado -los susodichos bancos- dentro del segundo plan de rescate. La propuesta que esboza Alemania, todavía de forma nebulosa, equivale a que los acreedores acepten un aplazamiento del cobro o un recorte en su interés antes que tener que sufrir en carne propia los problemas de solvencia de Atenas en forma de impago. Si Grecia falla y no paga, además de convertirse en el primer país de la eurozona moroso, se provocaría un efecto en cadena muy pernicioso para el conjunto de Estados que comparten la divisa europea.

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Eso sí, Grecia, que seguirá padeciendo esta falta de liquidez por más tiempo de lo esperado, ya que no podrá volver a los mercados en el plazo previsto en el primer rescate de hace un año, aceptaría esta opción solo de forma "voluntaria", según ha afirmado su ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu. En esencia, este término de voluntario, o suave u ordenado que se está abriendo paso entre las autoridades europeas, se puede traducir como una reestructuración no traumática para los mercados, ya que en caso contrario generaría un nuevo episodio de pánico en los mercados que dejaría en una delicada posición a los otros países rescatados, Irlanda y Portugal, lo que postergaría aún más el final de la crisis de deuda del euro. Papaconstantinu ha hecho este anuncio, recogido por AFP, después de que el Gobierno aprobase ayer el nuevo plan de ajuste por 78.000 millones de euros hasta 2015, con el que Grecia confía en seguir recibiendo ayuda de la UE y del FMI, que son quienes pagan la deuda del país. El proyecto pasa ahora al Parlamento, donde el Ejecutivo socialista está en minoría, para su ratificación.

Argumento del miedo

Para convencer al Bundestag (Parlamento alemán), el responsable de la política económica del Gobierno de Angela Merkel ha advertido a los diputados de las graves consecuencias que tendría para toda Europa un impago "desordenado" de Atenas. "La situación en Grecia es grave y con ello también la situación en Europa", ha recordado Schäuble. Junto a este argumento del miedo, Schäuble, que el pasado miércoles dirigió una carta a las autoridades europeas defendiendo la necesidad de ir más allá en la participación de la banca en el coste de los rescates de lo que plantean desde Bruselas y el Banco Central Europeo, también ha optado por atender a las reivindicaciones que surgen desde los partidos de la oposición y de su propio electorado de aplicar mano dura a Grecia. Algo que, paradójicamente, también se ha mostrado como dañino para el resto de sus socios del euro a lo largo de la crisis.

Por este motivo, el dirigente alemán ha incluido dos condiciones inexcusables para sacar de nuevo la chequera y ayudar a Grecia por los errores cometidos en el pasado. En concreto, la exigencia de nuevas medidas de ajuste y que los actuales acreedores de Atenas, principalmente bancos alemanes y franceses, pero también el propio BCE, accedan a aplazar el cobro de la deuda. Aunque Schäuble, en la misiva del miércoles, se postulaba a favor de una opción no voluntaria para que los tenedores de bonos participen en el rescate, está por ver, sin embargo, si la reestructuración será por las buenas o por las malas.

"No hay ninguna conclusión ni ningún acuerdo, ni siquiera de principio, sobre esto", ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. "Hay un debate en marcha", ha señalado. En cuanto a la reacción de los mercados, como de momento lo que manda es la incertidumbre, los inversores siguen presionando a la deuda de los periféricos incrementado la rentabilidad exigida a sus bonos.

Respuesta a Trichet

Además, el ministro alemán ha respondido que su Gobierno se toma "muy en serio" las reservas que mostró ayer el presidente del instituto emisor, Jean-Claude Trichet, sobre una participación de los inversores privados. A partir de ahora, ha aclarado, un grupo de trabajo del que forman parte personal de la Comisión Europea, el BCE o el FMI y los Estados miembros, buscará fórmulas para evitar que la misma tenga repercusiones graves en los mercados financieros.

Aunque Bruselas, el grupo de países liderados por Francia y Trichet se han mostrado muy reacios a una reestructuración, han bajado el tono de su oposición en las últimas jornadas, aunque no hasta el punto de acceder a que sea obligatoria. Sin embargo, Alemania, que es el primer país financiador de los rescates, tiene el suficiente peso como para marcar el paso al resto de Estados e instituciones implicadas en las negociaciones.

Hoy también se ha conocido por un portavoz del Ejecutivo alemán que la canciller, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se entrevistarán el próximo viernes con vistas a preparar la cumbre europea de finales de mes, en la que los países miembros deben avanzar en la forma y el modo del segundo rescate a Grecia. El siguiente paso para la ayuda a Grecia debe ser el desembolso de 12.000 millones de euros del fondo de rescate previsto para julio sin el que, señaló el ministro, habría peligro de contagio y de quiebra estatal con graves repercusiones en la UE.

Grecia necesitará hasta 2014 entre 90.000 y 120.000 millones de euros para hacer frente a los vencimientos de su deuda, pero eso no implica que todos ellos deban ser cubiertos por un nuevo paquete de ayuda europea, ya que este debe ser complementado por ingresos de privatizaciones (50.000 millones hasta 2015) y aportaciones de inversores privados (entre 20.000 y 30.000 millones, según Reuters).

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, junto al primer ministro griego, George Papandreu, bajo la lluvia en París.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, junto al primer ministro griego, George Papandreu, bajo la lluvia en París.REUTERS

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