Sindicatos y patronal se acusan mutuamente de falta de valentía para firmar un acuerdo
Patronal y sindicatos formalizan la ruptura de las negociaciones sobre la negociación colectiva. -Trabajo ya tiene lista la reforma de los convenios
Sindicatos y patronal no han querido prolongar más la agonía de las negociaciones para la reforma de los convenios colectivos. Los líderes de UGT (Cándido Méndez), CC OO (Ignacio Fernández Toxo) y CEOE (Juan Rosell, presidente, y José María Lacasa, secretario general) se han reunido hoy y han constatado que las diferencias son irreconciliables. En las sendas ruedas de prensa en la que han formalizado la ruptura, ambas partes se han acusado de falta de valentía para firmar el acuerdo.
"Hemos decidido de común acuerdo dar las negociaciones por concluidas", ha afirmado Rosell antes de admitir que no podían seguir de esa manera y que "era preferible dejarlo como estaba". "Hemos tenido una buena música, pero nos ha faltado la letra", ha resumido. Rosell ha lamentado que, pese a hacer un gran "esfuerzo pedagógico", no ha sido "capaz de explicar las necesidades de las empresas y de la economía". "Detrás de la realidad económica tiene que venir una legalidad", ha insistido antes de advertir que el marco legal actual de contratación "no funciona" ya que los empresarios tienen "pánico a contratar".
Rosell: "Hemos tenido una buena música, pero nos ha faltado la letra"
Méndez: "La propuesta del lunes de la patronal suponía volver al punto de partida"
Sobre las causas de la ruptura, Rosell ha admitido que tanto los sindicatos como la patronal han sido "demasiado ambiciosos" a la hora de plantear la negociación al poner demasiados temas sobre la mesa y que los representantes de los trabajadores "han sido demasiado prudentes". Por este motivo, les ha pedido que en futuras convocatorias "sean más valientes". "Hemos tenido una buena música, pero nos ha faltado la letra", ha afirmado el líder de los empresarios para describir que cuando parecía que había acuerdo sobre ultraactividad, flexibilidad o ligar los salarios a la productividad y trataban de plasmarlo por escrito volvían las desavenencias.
Para Méndez, sin embargo, ha sido la dirección de la CEOE quien ha pecado de falta de arrojo para apoyar los avances alcanzados a lo largo de un proceso que "podía haber terminado con acuerdo y con una reforma profunda, eficaz y equilibrada". Pero no ha sido posible, ha añadido, porque "la dirección de la patronal no se ha atrevido a dar el paso definitivo". "La presión medioambiental y un cierto temor escénico han podido contribuir a esa decisión", ha apuntado en referencia al cambio de postura de los empresarios a partir del pasado lunes.
En la misma línea, el secretario general de CC OO ha resumido los motivos de la ruptura en que ha habido "una suerte de rebelión interna de la CEOE, unas elecciones que parecen que han animado todavía más a estos sectores a extremar la exigencia y exigir límites cada vez más duros a la dirección de la CEOE y las exigencias de la UE para el rescate a Portugal".
En la reunión de hoy, ambas partes tenían que analizar el documento de cinco páginas que CEOE remitió a los sindicatos un par de horas antes del encuentro, que empezaba a las dos de la tarde. "Era nuestra enésima propuesta", ha descrito Rosell antes de asegurar que en la patronal "no ha habido cambio de postura, ninguno" y que las elecciones no han tenido impacto en los contactos. Sin embargo, a los sindicatos no les convencía este texto: "Es lo mismo que nos presentaron el lunes, pero resumido", ha explicado esta mañana un sindicalista que había analizado el documento, "lo único que no tiene es la prórroga de seis meses en los convenios finalizados, pero la filosofía es la misma".
Negociaciones rotas desde el lunes
En realidad, tal y como ha reconocido hoy Méndez, las negociaciones estaban rotas desde el pasado lunes, cuando la patronal remitió a los sindicatos un texto de 27 páginas en el que daba marcha atrás de gran parte de los avances que se habían dado en las negociaciones durante los cuatro meses largos de conversaciones. "Suponía volver al inicio de la negociación", ha denunciado el líder de UGT. Toxo, por su parte, ha criticado que esta última propuesta equivalía a dejar sin efecto los convenios una vez caducados y la reclamación de reducir el personal afectado por estos acuerdos.
No obstante, hasta hoy ninguna de las partes se ha querido levantar de la mesa por el miedo a aparecer como culpable de la ruptura ante la opinión pública. "En estos procesos es difícil entrar, pero todavía es más difícil salir", resumía ayer uno de los líderes de los agentes sociales.
Rotas las negociaciones, ahora es el turno del Gobierno, que presentará el proyecto de ley de reforma de la negociación colectiva el próximo 10 de junio en el Consejo de Ministros. Así lo ha explicado la secretaria de Estado de Empleo, Marí Luz Rodríguez, esta mañana en la presentación de los datos del paro, que además ha querido eludir cualquier responsabilidad del Ejecutivo: "A diferencia de los procesos anteriores [en referencia a las negociaciones fracasadas de reforma laboral], en esta mesa no ha estado el Gobierno. Si hay una ruptura quien estará asumiendo la responsabilidad son quienes han estado en la mesa".
Borrador del Ejecutivo
El Ejecutivo ya tiene redactado su proyecto de reforma de los convenios, basándose en gran parte de los avances que fueron logrando sindicatos y empresarios, hasta que el pasado lunes descarrilaron las negociaciones. El acercamiento había sido de tal calibre que la semana pasada los líderes de los agentes sociales accedieron a posar conjuntamente en una foto que daba a entender que el acuerdo estaba prácticamente hecho. Ese mismo día incluso se acordó que en el próximo encuentro, el que se celebró el lunes, se incorporaría el ministro de Trabajo para explicarle el principio de acuerdo y encargarle la redacción del proyecto de ley.
Pero al final la presión del ala dura de CEOE, comandada por la patronal madrileña, CEIM, ha dado al traste con el acuerdo. Muchos han sido los condicionantes que han provocado el giro de la patronal: el desacuerdo de patronales integrantes de la gran patronal con el contenido de las conversaciones; el giro en la escena política tras el hundimiento electoral del PSOE en las pasadas elecciones municipales; e, incluso, el fantasma del rescate portugués, que llevó a los responsables de los empresarios a presentar a sus interlocutores sindicales un memorandum con las condiciones que Bruselas había impuesto a Lisboa para concederle la ayuda (entre ellas, la rebaja del despido de 30 a 10 días por año trabajado).
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