La Peineta sigue sin licencia
Las obras del estadio del Atlético se demoran hasta septiembre como mínimo
"Todo está firmado, y dentro de tres años el Atlético estará jugando allí", comentaba Enrique Cerezo en octubre de 2009, cuando la ciudad de Madrid quedó descolgada del sueño olímpico. Se refería el presidente del club rojiblanco a que el traslado del estadio Vicente Calderón a la remodelada cancha de La Peineta se produciría al comienzo de la temporada 2012-2013. Nada más lejos de la realidad. No será antes de 2014.
Por no existir, no existe ni siquiera licencia para comenzar las obras. "Hemos puesto la caseta y los carteles de la empresa, y estamos preparando los terrenos, pero todavía no tenemos licencia para iniciar las obras. En cuanto la tengamos nos pondremos a trabajar", comentan fuentes de FCC, la empresa encargada de la construcción del nuevo estadio, a cambio de los aprovechamientos que le correspondían al Atlético de Madrid en la Operación Mahou-Calderón.
El motivo de este enésimo retraso se debe a que el Ayuntamiento de Madrid no ha podido aprobar definitivamente el plan especial del ámbito donde se ubica el estadio, el Parque Olímpico Sector Oeste, por no haberse recibido todos los informes sectoriales preceptivos; entre ellos, el de carreteras que debe remitir el Ministerio de Fomento.
Ahora, con el parón administrativo provocado por las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo, la primera sesión plenaria ordinaria del Consistorio de la nueva legislatura no se produciría hasta finales del próximo mes de julio. Habrá que ver si entonces han llegado todos los informes -el de Aviación Civil ya está- y se produce la ansiada aprobación para que al final del verano pudieran otorgarse las licencias e iniciar las obras. De momento, a los atléticos no les queda otra que seguir esperando.
El retraso no le viene mal a FCC. Con la actual situación del mercado inmobiliario, en el que el suelo no se vende a los altos precios que se piden y la demanda de viviendas sigue sin levantar el vuelo, vender ahora los terrenos de la fábrica de Mahou a un precio superior a los 276 millones comprometidos en esta operación con el club no resultaría ni mucho menos rentable. Por ese precio, la constructora debe construir el nuevo estadio y urbanizar sus accesos, soterrar la M-30, urbanizar el Proyecto Madrid Río, demoler el Calderón y comprar al Ayuntamiento la parcela de La Peineta.
La decisión tomada es esperar a ver si dentro de tres o cuatro años la situación ha mejorado y para entonces vender la parcela donde se ubicaba la antigua fábrica de la compañía cervecera, de la que ya no queda prácticamente ni rastro tras su demolición. "Nosotros no somos promotores, y además ahí está Realia", comentan desde FCC para señalar que su función se limita a la construcción y dejar caer que la promotora en la que participa al 50% con Caja Madrid sería una opción a tener en cuenta.
La demolición de la fábrica, cuyo suelo deberá someterse a informe ambiental para comprobar que no existe la más mínima contaminación, era la primera decisión a tomar para que la Operación Mahou-Calderón saliera adelante, ya que sobre los 61.251 metros cuadrados que quedan vacante tras la demolición se ubicarán los 2.000 pisos de precio libre previstos en los 175.360 metros cuadrados de edificabilidad residencial resultante. Descontados los 17.536 metros que se queda el Ayuntamiento por la cesión del 10%, restan 157.828 metros que se reparten entre Mahou y FCC, en este caso tras la permuta pactada con el Atlético. Edificabilidad que para la constructora solo será rentable si logra venderla a 4.000 euros el metro o, con los pisos ya construidos , a 6.000 euros.
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