El Gobierno anuncia un plan para aflorar empleo sumergido

El empleo sumergido acaba de entrar en la agenda reformista del Gobierno. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha anunciado esta mañana un plan de "afloramiento del empleo no declarado". El objetivo es doble: impulsar el trabajo con derechos y mejorar la salud de las arcas públicas, pues el empleo sumergido elude todos sus costes a la Seguridad Social y al fisco. Aunque el ministro no ha detallado el proyecto, sí ha sugerido la posibilidad de que incorpore alguna medida de perdón o amnistía para quienes accedan a regularizar situaciones laborales en la sombra.

Tras reunirse con los líderes sindicales en La Moncloa, un encuentro presidido por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, Gómez ha avanzado este plan, que pretende debatir con los agentes sociales antes de ponerlo en marcha. El responsable de Trabajo ha enmarcado el proyecto en el Pacto del Euro que aprobarán mañana en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios. Aunque este aspecto apenas ha sido mencionado en las reuniones preparatorias del Pacto del Euro, el ministro asegura que planes similares se adoptarán "en la inmensa mayoría de los países".

Preguntado sobre si es factible descubrir empleo sumergido sin incorporar medidas de perdón a los infractores, el ministro ha abogado por una combinación de ambas cosas, aunque ha precisado que, con la legislación española, "no es fácil aplicar amnistías".

El Gobierno planteará este asunto a patronal y sindicatos cuando terminen de perfilar el pacto de convenios que pretenden cerrar a mediados de abril, según la fecha de referencia que ha ofrecido el responsable de UGT, Cándido Méndez, en su comparecencia posterior al encuentro con Zapatero. Su homólogo en Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, ha explicado que acuerdo solo contemplará la política salarial en la introducción, "con la idea de reafirmar la negociación salarial que ya hemos acordado". Méndez ha añadido: "Se reconoce que el modelo que opera así es el que más conviene al interés general".

El ministro de Trabajo ha respaldado esas posturas al asegurar que el Pacto del Euro constata el "respeto a las tradiciones nacionales" y ha concluido: "Nadie le tiene que enseñar a España que si los salarios se comen la productividad terminan acabando con la empresa". Para Gómez, el reto consiste en acabar con "uno de los grandes problemas de la economía", el diferencial de precios entre España y la media europea, que lastra la competitividad española, y mantener al mismo tiempo el modelo salarial.