"Si querían hacernos daño, lo han hecho"
Decenas de miles de personas se quedan varados en los aeropuertos por la huelga de controladores y pierden sus viajes de ocio, negocios, asuntos familiares o médicos
Cientos de miles de personas se han quedado varadas en los aeropuertos españoles por la huelga de controladores. Cada uno tiene una historia. Desde los que iban a aprovechar el puente de la Constitución para descansar unos días hasta los que tenían que visitar a un familiar en un hospital o tenían una reunión de negocios. Muchos tendrán que volver a casa sin viajar. Éstas son algunas de sus historias:
"Si querían hacernos daño, lo han hecho". Después de diez años en España, la familia de María Estrada había decidido volver a su Argentina natal. La crisis les había empujado al regreso. "Para peleármela aquí, me la peleo en mi tierra", señalaba casi entre lágrimas esta tarde, con su hija de seis años en brazos y junto a su marido. Pero la huelga salvaje de controladores ha echado por tierra sus planes por tierra. Llevan desde la 1.00 de la madrugada en la T-4 sin ninguna atención (más allá de las mantas repartidas por el ejército) y se han dejado 3.900 euros en billetes de avión. "Si querían hacernos daño lo han hecho. Solo deseo que algún día se sientan como nos han hecho sentir hoy", informa Pilar Álvarez.
Llueve sobre nevado. Bárbara, de 35 años, se disponía a volver a España el miércoles tras pasar 11 meses en Londres. Ese día cancelaron su vuelo desde Gatwick por la abundante nieve que cubría la capital por lo que se vio obligada a buscar un hotel y pagarlo con su dinero porque la compañía no le facilitaba el alojamiento. El jueves corrió la misma suerte. El viernes volvió al aeropuerto pensando que estaba abierto pero al llegar comprobó que no era así y tuvo que pasar la noche durmiendo en un banco. Cuando parecía que la nieve le dejaría volver a casa al llegar se enteró del paro de los controladores y que su vuelo se cancelaba, otra vez. Ahora, dice por correo electrónico, solo piensa en montarse en un avión y llegar a casa, ver a su madre y comer bien
Sin visados en Estambul. Una decena de parejas españolas se encuentra atrapada en el aeropuerto de Estambul junto a sus hijos recién adoptados en Etiopía. Procedentes de Addis Abeba, tenían previsto hacer una breve escala en la ciudad turca de camino a Madrid, pero cuando estaban a punto de despegar, a las ocho hora local, las siete en España, el avión de Turkish Airlines se dio la vuelta y regresó a la terminal ante la imposiblidad de llegar a su destino, informa Juan Pedro Velázquez-Gaztelu desde Estambul.
Al no tener visados para entrar en Turquía, las familias no pueden abandonar el aeropuerto y la línea aérea les ha dado cobijo en su sala VIP, donde los niños, exhaustos por la jornada tan agitada, están siendo atendidos y recibiendo alimento. El medio centenar de ciudadanos españoles atrapados en Estambul esperan regresar mañana en vuelos a Madrid y Barcelona.
Bendecidos en la terminal. El padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, ha bendecido y consolado hoy en el aeropuerto de Barajas a una pareja joven de Navarra que "lloraba desconsoladamente" al no poder tomar un vuelo a Santo Domingo, donde iban a contraer matrimonio. Según ha relatado a Efe, el padre ha acudido esta mañana al aeropuerto para despedir a unos amigos, cuando ha advertido que "entre el caos y la desolación" que reinante, entre los pasajeros había una joven pareja que lloraba en una esquina. "No habían podido contraer matrimonio al no haber salido su vuelo", manifestó el religioso. Él no les podía casar pero sí "bendecirlos y consolarles". "Se fundieron en un gran beso y comimos un poco de turrón para celebrar la unión", ha señalado.
Una "broma" de 800 euros. En el aeropuerto de Girona, Inma Torrent, de 52 años, y Dolors Martí, de 53, tenían un vuelo previsto a Dublín que debería haber salido a las 14.00. "Jamás me atrevería a hacer algo así en mi trabajo", se quejó Dolors. La mujer tenía ganas de "despotricar". Además de ir de vacaciones, ellas y sus maridos aprovechaban para visitar al hijo de Inma, que está estudiando en Dublín. "¡Le llevábamos de todo!", se lamentó. A cada pareja le ha salido la broma por unos 800 euros, informa Rebeca Carranco.
Dos días sin información. Carlos, de la República Dominicana, llevaba esta tarde de la mano a su hijo, mientras esperaba que le dijeran a qué hora saldría el avión de su "comadre", Juana, que viaja a su país para ver a la familia. "La verdad es que llevamos dos días sin saber si se iba a ir o no, pero ahora con los controladores trabajando tampoco sabemos exactamente cuándo saldrá, así que no tenemos otra cosa que esperar", informa Tono Calleja.
Camino del DF. Zaira y Javier llegaron anoche a Barajas desde Valladolid con su perra. Era una simple escala para volar a México DF. Como tantos otros, han tenido que dormir en el suelo. No les llegaron las mantas que repartían los militares anoche y hoy permanecen en el aeropuerto madrileño. La familia les espera en el DF.
Sin hotel y agotados. Guillermo Broomfield y otros 19 hondureños llegaron de Miami a Barajas ayer viernes a las 8. Les espera en un crucero en Génova, pero no para vacaciones, sino para trabajar. Ahora que tienen que esperar otras 24 horas, Iberia les dice que ya no les garantiza hotel. Están agotados y no tienen dinero para pagarse un hotel. Dicen que dormirán en la T- 4 lo que haga falta. "Hoy va a ser un largo día, muchachos", dice Nelson con sorna.
Vacaciones truncadas. Laura Torbisco y su grupo de amigas tenía todo listo para un puente largo en Atenas. Las ocho amigas deambulaban con sus maletas por la T-4 a la espera de una solución esta mañana. Al oír que no hay vuelos hasta mañana, han decidido irse a casa para planear otro viaje, esta vez en coche.
"Juegan con los sueños de la gente". El coro Mansil Nahar de Manzanares, (Ciudad Real) también se ha quedado tirado en el aeropuerto de Madrid. Iban a cantar en una iglesia de Londres tras tres años de ahorros y preparativos. Anoche durmieron en la T-4 y hoy vuelven a casa en autobús.
La frustración de los solidarios. Una caravana solidaria con el pueblo saharahui, con varios niños, se ha quedado varada en el aeropuerto de Alicante por la huelga. "Es una vergüenza, una atrocidad y una encerrona a gente que no tiene ninguna culpa". Es el comentario de Reme, profesora de música de Alicante e integrante del grupo. En la caravana humanitaria viajan tres niños, de entre siete y diez años, que acaban de ser atendidos de diversas dolencias en España y se disponían a reencontrarse con sus familias en los campamentos de Tinduf (Argelia). Lee aquí la historia completa.
En medio de ningún sitio. Flor salió ayer viernes con retraso de Lima. No llegó tiempo a coger en Barajas el vuelo que enlazaba con su destino final, Milán. Esas horas han hecho que hoy esté en el aeropuerto madrileño, con su bebé enfermo de varicela, y sin saber cuándo volará. Lo cuenta la Cadena Ser.
Controlando los bultos. Unas 30 familias de la asociación de Amigos del Sáhara de Navarra salieron a las 3.00 de Pamplona para coger un vuelo hoy desde la T-4 de Barajas. Aún no saben si podrán volar. Llevan más de 200 bultos y se turnan para vigilarlos.
Otro día de espera. Cuando ya se preparaban para tomar un vuelo a las 20.30 (el único -les dijeron- que había confirmado su despegue para esta noche desde el aeropuerto de Sevilla), les han dado la mala noticia: se aplaza el vuelo hasta mañana a las 18.00. Son un grupo de 150 personas, integrado por las familias que durante el verano acogen a niños saharauis y que se dirigen a un campamento de refugiados en Tinduf (Argelia) para visitar a los pequeños y llevarles alimentos. Entre ellos se encuentra Cristobal Murillo, que acompaña a Lemneya, una niña de 9 años a la que tenía acogida, que regresa a casa tras recuperarse de una enfermedad, informa Elsa Cabria.
Adiós al viaje soñado. Juana Ruiz, de 54 años, podrá al final viajar a El Cairo con su marido. El vuelo se ha retrasado más de 12 horas pero está contenta porque podrá coger el avión. "Me sabe muy mal la imagen exterior que ha dado España con esta huelga. No nos la merecemos", explicaba durante su espera en El Prat, informa Àngels Piñol. Inma está a punto de volar a Basilea con su marido y sus dos hijos. Tiene un amigo controlador y se muestra comprensiva con la reivindicación del colectivo. "No se están haciendo bien las cosas ni por parte del Gobierno ni de los controladores", explicaba. Su vuelo, de Swiss Air, sale en principio puntualmente a las 19.50 horas. Menos suerte ha tenido Isabel Molina, de Barcelona, no daba crédito esta mañana cuando veía cómo su vuelo con destino Viena había sido cancelado. "Era el viaje de mis sueños", explicaba indignada tras salirse de la cola en la que los viajeros plantean su reivindicación. "¿Y a ellos no les va a pasar nada?".
Información elaborada por Pilar Álvarez, Claudio Álvarez, Rebeca Carranco, Àngels Piñol, Juan Pedro Velázquez-Gaztelu, Santiago Navarro, Elsa Cabria, Manme Guerra y Tono Calleja.
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