Caruana avisa de que "el tamaño será relevante" para fijar a las entidades sistémicas
El BBVA defiende que el tamaño no es la única medida del riesgo y afirma que la interconexión del negocio determina mejor el peso de las entidades
El Foro de Estabilidad Financiera está trabajando en la definición de lo que es una entidad sistémica, es decir, esa cuyos problemas hacen temblar al conjunto del sistema financiero y que, por tanto, debe quedar sujeta sujetas a unos requisitos más estrictos de capital y a una vigilancia más rigurosa por parte de los organismos supervisores. El tema ha sido uno de los que ha generado mayor debate en la primera jornada del X Encuentro Financiero Internacional que organizan Caja Madrid y EL PAÍS, en especial si el tamaño será la clave para identificar a estas entidades, algo que el director general del Banco de Pagos de Basilea (BIS, por sus siglas en inglés), Jaime Caruana, da por hecho.
El ejecutivo del BIS, que aglutina a los supervisores de los principales países y que está liderando los cambios en la regulación financiera, ha insistido en que "el tamaño es una condición relevante y es difícil que deje de serlo. Es verdad que algunas entidades son multilocales", ha afirmado en velada alusión al BBVA y el Santander, "y eso es positivo porque generan menos riesgo sistémico, pero ya solo faltan los detalles que se exigirán a las entidades de gran tamaño. Es cuestión de determinar el tipo de capital que se pedirá y la capacidad de absorción de pérdidas que debe tener".
Además de las sistémicas, que deberán afrontar mayores exigencias en función del tamaño de los activos o por otras condiciones, habrá otro tipo de entidades también importantes que se encajarán en otra clasificación, ha adelantado Caruana. Así, ha reconocido que los supervisores se han visto sorprendidos por el contagio en la falta de liquidez que han sufrido las entidades. "Tanto las que estaban mejor, como las que no lo estaban, sufrieron la sequía de igual manera. Por eso hay que prepararse para el riesgo de iliquidez", ha concluido.
Antes que Caruana, Ángel Cano, consejero delegado del BBVA, el segundo banco español, ha defendido que el "tamaño" de una entidad "no debe ser la única medida a tener en cuenta" en su aportación al riesgo global del sistema. Cano ha defendido que "también son muy importantes" otros factores como complejidad, la interconexión del modelo de negocio o la supervisión que rige en el país. Y en el caso del BBVA, "la supervisión de España es intensa, un ejemplo fuera". El directivo bancario ha recalcado que "la capitalización y la liquidez no son lo único que hay que valorar, también, por ejemplo, es importante tener la gestión de la liquidez descentralizada".
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, dio por hecho hace unos días que tanto Santander como BBVA se verán incluidos en esa lista de entidades financieras que suponen un riesgo sistémico, algo que no acaba de gustar a estas instituciones. No es la primera vez que los máximos ejecutivos de los bancos españoles rechazan el volumen como factor decisivo para inducir al riesgo sistémico, lo que probablemente llevará a Santander y BBVA a figurar en esa lista.
Previsiones de menor crecimiento económico
En cuanto al futuro, Cano ha recordado que el crecimiento de las economías será menor el futuro y, "las entidades serán a la fuerza menos rentables de los que hemos visto antes de la crisis", por lo que es necesaria "una mayor concentración que empuje a los a grupos a ser más eficientes".
Cano también se ha referido al proceso de crear un marco regulatorio más eficiente, y ha advertido de los riesgo que entraña, como el de la "sobrerregulación" o el de acabar generando una "fragmentación regulatoria" entre distintas zonas del mundo debido a la falta de acuerdo. En este sentido, ha puesto como ejemplo que los "calendarios asimétricos" pueden contribuir a dañar el marco competencial internacional. Y ha reclamado que no queden "lagunas regulatorias" que permitan "sistemas financieros en la sombra".
Caruana, por su parte, ha comentado que para salir de esta crisis no solo hacen falta medidas financieras, sino también atacar los desequilibrios en política fiscal y evitar el endeudamiento insostenible, así como buscar más la productividad. También ha avanzado que en esta crisis no se están cometiendo los errores de la debacle japonesa, que tardo 8 años en recapitalizar a los bancos, lo que retrasó, y mucho, la recuperación de la economía real.
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