Wall Street se atraganta al confirmarse la ralentización de la economía en EE UU
El parqué neoyorquino arrancó la jornada con una caída del 1,4% tras la bajada en el indicador de actividad en el noreste del país
Wall Street se atragantó con nuevos datos que confirman que la economía se ralentiza en EE UU. La caída en el indicador de actividad en el noreste del país, que publica la Reserva Federal de Filadelfia, junto a alza en las solicitudes por desempleo, eclipsaron el anuncio de la compra de McAffe por parte de Intel, una operación valorada 7.680 millones de dólares (5.695 millones de euros).
El presidente Barack Obama, con la elecciones legislativas cada vez más cerca, saltó en seguida a escena para poner de relieve que su Administración está haciendo lo posible por sacar a la economía del agujero. Y urgió al Congreso que apruebe ayudas a las pequeñas y medianas empresas, porque son clave para la generación de empleo.
El parqué neoyorquino arrancó la jornada con una caída del 1,4% en el caso del Dow Jones y de casi el 1,5% en S&P 500. La primera sorpresa del día para los inversores llegó cuando se supo que durante la semana que concluyó el 14 de agosto, unas 500.000 personas cursaron una solicitud de ayuda por paro. Se esperaba que cayera por debajo de las 450.000 reclamaciones.
Se colocan así al nivel más alto desde noviembre de 2009. Pero el verdadero golpe se produjo media hora después, con el conocido como Philadelphia Fed Index , que registró una caída de 7,7 puntos en agosto. Los analistas esperaban que repuntara siete puntos, frente a los 5,1 puntos en positivo publicados en julio. Es la constancia de que el crecimiento sigue anémico.
El panel de datos económico se completó con los indicadores adelantados del Conference Board. Hubo subida, lo que podría ser alentador. Pero fue tan tímida, de tan sólo una décima, que pasó desapercibida en el parqué, donde por cierto esperaban algo más. En cualquier caso, cualquier cosa es mejor que la contracción de tres décimas registrada el mes pasado.
Los inversores también tratan de digerir las proyecciones económicas de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Y de ahí llegó la buena noticia del día. El déficit público bajará este año a los 1,34 billones, equivalente al 9,1% del PIB. Será claramente inferior al récord de 1,41 billones de 2009 y de los 1,47 billones previstos recientemente por la Casa Blanca.
Para el ejercicio fiscal 2011, que arranca en octubre, el gasto público superará a lo que recaude el Tío Sam en unos 1,06 billones, equivalente al 7% del PIB. Y para 2012 esa diferencia se reducirá a 665.000 millones, o un 4,2% del PIB. El objetivo de la Casa Blanca es rebajarlo entorno al 3% del PIB un año después, marca que según la última proyección se cumpliría.
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