La inmobiliaria vasca Ereaga entra en la senda de la recuperación
Ultima la firma de los concursos de acreedores tras vender activos
Fue la primera inmobiliaria vasca en entrar en concurso de acreedores, en diciembre de 2007, y va a ser la primera en salir, dos años después, si no hay complicaciones de última hora. El Grupo Ereaga, que sucumbió a la crisis del ladrillo y quebró con un pasivo de 168 millones de euros, tiene fecha ya para recuperar la senda de la actividad: el próximo uno de diciembre.
Los responsables del holding formado por 18 sociedades que operaban como constructoras y promotoras en el País Vasco, Madrid, Valladolid, Murcia, Alicante y Cantabria, han sido convocados ese día a las juntas de acreedores en las que aprobarán, previsiblemente, los convenios para refinanciar sus deudas.
Las fuentes financieras y judiciales consultadas son optimistas ante la posibilidad de que Ereaga logre firmar unos convenios favorables, porque "se ha hecho bien el ajuste, se ha redimensionado la sociedad y parece que las entidades financieras son inicialmente partidarias de refinanciar las deudas a cinco años".
Al parecer, la empresa ha saneado el 90% de su balance con la venta de los activos que tenía en el momento del concurso y que ascendía a 136 fincas registradas, y algunas más y vehículos sin registrar. Las ventas de activos han provocado que algunas de las 18 sociedades se hayan liquidado, pero era una condición indispensable de las 16 entidades financieras con quienes Ereaga mantenía la principal deuda, 128 de los 168 millones. Se trataba Ipar Kutxa, BBK, Caja Laboral, Caja Madrid, Caja Murcia, el BBVA, el Banco de Vasconia, Caja Murcia, Kaixa Nova, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Kaixa, Kaixa Catalunya, Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, Bancaja, Banco Popular, Caja de Ahorros de Navarra y la entidad crediticia Gesfir, formada por las tres cajas de ahorros vascas ?BBK, Kutxa y Vital? y la sociedad Gesinar.
El grupo Ereaga fue constituido en Vizcaya por la familia Susaeta en 1977 a partir de dos pequeñas fábricas de ladrillos. Aunque en el resto de España ya había precedentes de crisis de grandes inmobiliarias, como la del grupo valenciano Llanera, con una deuda de 746 millones, en Euskadi fue la primera. Después vinieron la de Urazca con 400 millones de deuda, o la de Iurbenor, y las de las sociedades Promoción y Gestión Inmobiliaria Zaisa, Residencial South Building y Residencial Viviendas del Cantábrico, que acumularon entre las tres un pasivo de casi 31 millones de euros.
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