La Fed, bajo los focos
Ben Bernanke, presidente del banco central estadounidense, se lanza a una campaña de comunicación para recuperar la confianza
Primero fue la información económica. Si algo trajo la crisis fue un interés de los ciudadanos por los asuntos económicos poco visto anteriormente. La clave: explicar cómo algunos mecanismos desconocidos para muchos habían provocado la mayor recesión mundial desde la Gran Depresión; cómo el oscurantismo de algunas operaciones financieras había dejado a la gente sin trabajo, sin ahorros o sin casa.
Luego vinieron las instituciones. El Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o la Reserva Federal Estadounidense (Fed, el equivalente al banco central), irrumpieron en la rutina mediática de muchas personas. Y han tenido que hacerse accesibles. Esta es una de las explicaciones a la gira que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha comenzado en EE UU.
Bernanke ya ha sido entrevistado en dos televisiones -PBS y CBS-, ha escrito artículos para varios medios de comunicación, como el Wall Street Journal y ha comparecido públicamente ante varios comités del Congreso. El objetivo es mostrar más transparente al organismo encargado de la regulación monetaria estadounidense, la vigilancia de la banca exterior y la protección al consumidor. Pero también recuperar la confianza de los ciudadanos, que consideran que la Fed ha fallado en sus funciones y ven en sus políticas uno de los culpables de la crisis, junto a las grandes entidades financieras y sus directivos.
Hasta ahora, el banco central estadounidense había sido un ente totalmente opaco, especialmente durante la gestión del ultraliberal Alan Greenspan, según publica hoy The New York Times (NYT). Pero estos últimos años en los que la Reserva Federal ha participado de manera más activa que nunca en el sistema financiero estadounidense han obligado a hacer la información más accesible e inteligible.
Su nuevo protagonismo también ha hecho necesario que su presidente salga a la palestra para defender la gestión de la institución más rica del mundo. En su última entrevista, Bernanke ha explicado que las medidas agresivas -rescates financieros millonarios, bajada de los tipos de interés al 0%, su mínimo histórico- que han sido criticadas por analistas e inversores estadounidenses eran imprescindibles: "Cuando se está en una situación como esta, una tormenta perfecta, a veces debes hacer cosas que son poco ortodoxas, fuera de lo convencional".
El descenso de la popularidad de la Fed, de la que se cuestiona ahora incluso su independencia, es otro de los factores que han enfrascado a su presidente en una campaña de comunicación, que guarda grandes similitudes con una cruzada política. Bernanke finaliza su mandato de cuatro años el próximo mes de enero y deberá hacer méritos para ser reelegido por Barack Obama.
La crisis ha demostrado que el banco central estadounidense no es infalible. El Ejecutivo de Obama quiere evitar sombras de sospecha sobre la gestión de un organismo que podría convertirse en el supervisor del sistema y está analizando una petición para que la Oficina de Contabilidad del Gobierno pueda auditar a la Fed, algo que algunos analistas, además del propio Bernanke, consideran una peligrosa injerencia gubernamental. "No creo que el pueblo estadounidense quiera que el Congreso maneje la política monetaria", dijo en una entrevista en la cadena PBS.
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