El Banco de España constata que la crisis avanza a un "ritmo menos intenso"

El Banco de España constata en línea con la opinión del Gobierno que "los indicadores disponibles" de los primeros meses del segundo trimestre "apuntan a una prolongación de las tendencias contractivas de la economía, aunque a un ritmo menos intenso". Las razones de esta moderación del deterioro económico, según explica la institución en su último boletín económico de junio, se encuentran en la ralentización del descenso del consumo de las familias y el alivio del paro registrado en mayo y junio.

En este primer apartado, el de la demanda, el Banco de España destaca la mejora por cuarto mes consecutivo del índice de confianza de los consumidores, con lo que se sitúa en su nivel más alto del último año. Aunque, añade, este repunte todavía no se ha traducido en una mejora de las expectativas de los comerciantes, que se mantienen igual que en mayo. Además, agrega que, "tras el sustancial empeoramiento de la segunda mitad de 2008, el ritmo de contracción del índice de producción industrial se ha estabilizado en meses recientes".

Pese al descenso del Euríbor, las entidades han aumentado "ligeramente los tipos de interés cinco y nueve puntos porcentuales por encima de los datos del mes precedente"

Más llamativo es su análisis sobre la construcción, donde el antiguo instituto emisor si bien observa un frenazo en el ajuste del conjunto del sector gracias al impulso que el Fondo de Inversión Local ha dado a la obra civil, también advierte de que "no existe evidencia de suavización de las tendencias contractivas en el residencial". Sin embargo, valora que el desempleo vinculado al ladrillo haya caído por primera vez desde septiembre de 2007.

El Boletín de junio también entra a evaluar el sector turístico, donde alerta de que la caída de visitantes causada por la crisis económica de sus principales mercados emisores -Alemania y Reino Unido-, que además reducen el presupuesto de sus vacaciones, está intensificando "el perfil de debilidad ya observado en el transcurso de 2008".

Reestructuración bancaria

Además, en cuanto al impacto de la crisis en el sistema financiero español, el Banco de España insiste, tal y como ha reiterado en varias ocasiones su presidente, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en que las entidades debe "redoblar los esfuerzos encaminados a la racionalización de las estructuras actuales" y "corregir los excesos de capacidad". Es decir, cerrar oficinas, contener los gastos de personal y reducir costes para afrontar con éxito el nuevo entorno del negocio bancario y las escasas posibilidades de expansión.

El modelo minorista y la apuesta por la banca tradicional de las entidades españolas, continúa el informe, ha permitido al sector "unos resultados positivos durante la larga etapa de expansión de la economía española". No obstante, advierte de que aunque se han "visto comparativamente poco afectadas por la primera oleada de la crisis, el agravamiento de esta se ha traducido en un rápido incremento de los activos dudosos, en unas mayores dificultades para conseguir financiación y -lo que quizá plantea un mayor reto a medio plazo- en una intensa ralentización del crecimiento del negocio bancario".

Sobre la actividad bancaria, el Banco de España afirma que pese al continuo descenso del Euríbor, las entidades han aumentado "ligeramente los tipos de interés de la financiación concedida a las sociedades no financieras y a los hogares para consumo y otros fines, hasta alcanzar el 3,23% y el 7,86%, cinco y nueve puntos porcentuales por encima de los datos del mes precedente".

Caída del 21,5% en los beneficios empresariales

El Boletín de junio también inlcuye el correspondiente epígrafe trimestral de la central de balances, que muestra un descenso del 21,5% en el beneficio neto de las empresas no financieras durante el primer trimestre del año. Un retroceso que el Banco de España atribuye a la caída de actividad y que es mucho más acentuado que el del mismo periodo de 2008, cuando bajó un 4,2%.

Concretamente, el Banco de España añade que la actividad productiva de las empresas ha mostrado un "perfil marcadamente contractivo" en todos los sectores, sobre todo en el caso del comercio y la industria, junto a reducciones significativas en todos los excedentes ordinarios y un deterioro de los datos de empleo.