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Cinco países se oponen a prorrogar a España los Fondos de Cohesión dos años más

Barroso: "La Comisión Europea no se opone a la retirada gradual de ayudas a España"

Las miradas se han dirigido hoy en el debate del Consejo de Ministros de Asuntos Generales de la UE a la negociación de las cuentas de la UE para el periodo 2007-2013. Dinamarca, Holanda, Suecia, Austria y Alemania han rechazado la propuesta de la presidencia luxemburguesa de la UE y que concede a España una prórroga de dos años del Fondo de Cohesión después de 2007.

Los ministros de los cinco países -todos ellos considerados ricos- han dicho "no" al mecanismo propuesto para evitar que España pierda de forma abrupta en 2007 los más de 1.500 millones de euros que cobra anualmente desde 2000 por tener una renta inferior al 90% de la UE. Igualmente, Francia recordó que el Tratado de la UE no permite entregar estos fondos si se supera el límite de riqueza, hecho que le ocurre a España tras la entrada de los diez nuevos socios del Este.

Su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, ha descrito la discusión entre los Veinticinco como "intensa", que ha mostrado "divergencias profundas", mientras que el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, reconocía que los ministros no "ahorraron críticas" a su propuesta, calificada de "provocativa", por la comisaria de Presupuesto, Dalia Grybauskaité.

Bruselas no tiene objeciones

Mientras tanto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, señalaba que no tiene "objeciones" a la propuesta de la presidencia luxemburguesa. Y es que aunque el Ejecutivo comunitario defiende "que hay que responder a las prioridades y necesidades de los nuevos países", ha explicado, "al mismo tiempo, pensamos que los Estados de la UE a Quince, sus regiones, no deberían tampoco perder de manera demasiado brusca la solidaridad de la UE".

La propuesta de la presidencia para las perspectivas financieras del periodo 2007-2013, debatida hoy por primera vez por los ministros de Exteriores de los Veinticinco, prevé un mecanismo transitorio de dos años para la retirada del Fondo de Cohesión. Barroso planteó no obstante una "reserva general" a la propuesta de la presidencia dada la reducción de fondos previstos para el conjunto de la política de cohesión -ayudas regionales y Fondo de Cohesión.

Por su parte, el ministro de Exteriores francés ha señalado que "las ayudas transitorias decrecientes por el efecto estadístico no están previstas para el Fondo de Cohesión". Asimismo, destacó que la Comisión, al presentar sus planes para la política regional durante el periodo 2007-2013, "no juzgó posible realizar esta propuesta porque, sobre una base objetiva, los países que están por encima del umbral (en referencia al 90% del PIB) salen del Fondo de Cohesión". El propio Barnier formaba parte del Ejecutivo comunitario en aquel momento. En todo caso, Barnier no rechazó explícitamente la propuesta de la presidencia luxemburguesa para España, sino que se limitó a decir que los Veinticinco trabajaran sobre este texto que "busca compromisos" y al final del proceso habrá que llegar a "un acuerdo unánime".

Alegría por las negociaciones

Sin embargo, todos celebraron que por fin las negociaciones entren en contenidos concretos, lo que permitirá a la presidencia presentar un nuevo texto corregido al Comité de Representantes Permanentes ante la UE antes del 22 de mayo, fecha del cónclave ministerial convocado ad hoc. "La nueva versión permitirá una visión de conjunto de todas las rúbricas e incluirá la cuestión de los recursos propios", ha anunciado Asselborn.

Precisamente, la reserva general expresada por la Comisión europea se centra en la ausencia de cifras para poder hacer una evaluación global. "La propuesta de la presidencia reduce ya el nivel de gastos previstos en la propuesta de la Comisión, y por ello la reacción no puede ser entusiasta", manifestó Barroso.

Silencio en torno al 'cheque británico'

La reunión de hoy no abordó la difícil cuestión de los recursos propios, y más en particular la supervivencia del denominado cheque británico, que se concedió Londres en los años ochenta para compensar su falta de desarrollo frente a los socios europeos de entonces. El ministro de Exteriores francés, Michel Barnier, no perdió sin embargo la oportunidad, a través de la prensa, de reclamar la eliminación del "anacronismo" que representan los más de 5.000 millones de euros anuales que la UE devuelve a su vecino. No obstante, aseguró que sería "totalmente inaceptable" un compromiso que consistiese en eliminar el cheque británico y al mismo tiempo recortar las ayudas de la PAC.

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