El transporte aéreo en España
Normalmente, los delirios de grandeza acaban mal. Y es lo que le ha pasado a la Generalitat. Cuando ni siquiera España tiene ya aerolínea de bandera porque se tuvo que vender Iberia a British Airways, una autonomía decide ir por libre y crear la suya propia. La aventura nunca tuvo viabilidad y todo el mundo lo sabía. Pero políticamente interesó a los nacionalistas. Contrataron como presidente a un exdirectivo catalanista del Barça, sin experiencia alguna en el negocio aéreo, por un sueldo de 300.000 euros que vendió que "el distintivo de Spanair es hacerlo todo en catalán". Y se metieron millones en un pozo sin fondo que solo daba pérdidas año tras año.
Al final, Spanair ha sido la crónica de una muerte empresarial anunciada y un aviso para navegantes: mezclar obsesiones nacionalistas y gestión económica suele dar muy malos resultados.- Francisco Gombau. Girona.
El inesperado y abrupto cierre de la compañía aérea catalana Spanair este último fin de semana -al igual que pasó en su día con Air Comet y Air Madrid- ha coincidido con la séptima jornada de huelga de los pilotos de Iberia, dejando tirados como un trapo en los aeropuertos a quienes no tienen otra alternativa que usar este medio de transporte.
Flaco favor para un sector económico tan esencial como el turístico -hecho con alevosía y nocturnidad- esperándose cuantiosas pérdidas por la cancelación de hoteles y excursiones.
El personal se indigna, y con razón, viendo cómo estando el país cercano a la recesión, hay colectivos que se consideran "intocables" y que se permiten el lujo de paralizar todo un país y machacar a multitud de pasajeros.
Y es que este tipo de medidas -salvajes donde las halla-, que lamentablemente se repiten, bien debería de regularlas la responsable de Fomento ¡ay! de una santa vez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.