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El proceso por los crímenes del franquismo

El Supremo se fractura ante el juicio a Garzón, que arranca por un solo voto

La Sala Penal, con fuertes tensiones entre sus miembros, salva la cara a Varela

La Sala Penal del Tribunal Supremo rechazó ayer todas las cuestiones previas planteadas por la defensa del juez Baltasar Garzón y por el fiscal de sala del Supremo Luis Navajas, después de una serie de deliberaciones en las que finalmente acordó, por mayoría de un solo voto, continuar el juicio por la investigación de los crímenes del franquismo.

Se consumó así la decisión de someter al banquillo a un juez conocido y celebrado en todo el mundo por extender la jurisdicción universal a la persecución de los delitos de lesa humanidad, en tanto que su intento de investigar en su propio país los crímenes del franquismo puede costarle la expulsión de la carrera. En su camino al tribunal, Garzón fue escoltado por un centenar de partidarios que demandaban a gritos "justicia", mientras que observadores y juristas internacionales y periodistas y cámaras de televisión poblaban otra vez los bancos del Salón de Plenos del Supremo.

En la decisión se impuso el malestar de algunos jueces con el fiscal Navajas
Al principio se barajaron varias soluciones para finalizar el proceso
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En la decisión final se impuso el malestar de algunos miembros del tribunal por la contundencia con la que el fiscal Luis Navajas descalificó la instrucción del juez Luciano Varela por "insólita" e "insostenible". También por la renuencia a estimar una alegación que no solo dejaba en evidencia a Varela, sino también al anterior tribunal que avaló las polémicas resoluciones del instructor y del que formaban parte el hoy magistrado en excedencia Adolfo Prego y el propio presidente de la Sala Penal, Juan Saavedra. Este tribunal fue apartado como órgano de enjuiciamiento ante una recusación de Garzón, por falta de imparcialidad objetiva, que fue estimada por la Sala Especial del Supremo.

Aunque en un primer momento se barajaron diversas soluciones para evitar seguir adelante con el proceso, las tensiones entre los moderados y el sector más recalcitrante de la sala llevaron al bloque de la derecha del tribunal a cerrar filas en cuanto a salvar la cara a Varela y seguir adelante con el juicio. Según las fuentes consultadas en el alto tribunal, el lunes ya se habría acordado la continuación del juicio por cuatro votos a tres, es decir, por un solo voto de diferencia. Las fuentes consultadas mantuvieron la reserva sobre los nombres de los discrepantes.

En el primer punto del acuerdo adoptado "por la mayoría", y que será desarrollado en la sentencia definitiva, el tribunal declaró que, "sin perjuicio de los excesos que han sido denunciados cometidos en la instrucción", los efectos que se han producido "no tienen entidad material suficiente para justificar la anulación de las actuaciones".

Esta fue la fórmula que ha avalado la polémica instrucción del juez Luciano Varela, pese a los sólidos argumentos de la defensa y del fiscal sobre la "insostenible" actuación de corregir y orientar los escritos de acusación de Manos Limpias y de Falange Española de las JONS, esta última expulsada después del procedimiento.

El acuerdo de la mayoría rechazó también que el seudosindicato ultraderechista Manos Limpias carezca de legitimación para llevar adelante la acusación en solitario, pese a que no ejercen la acusación el fiscal ni ningún ofendido por el delito.

Esta decisión, que supone no aplicar a Garzón la doctrina Botín, denominada así en atención a haber sido aplicada al presidente del Santander para no tener que juzgarle por el caso de las cesiones de crédito, fue justificada en que los bienes jurídicos protegidos frente al delito de prevaricación "son de naturaleza pública".

El Supremo se remitió en su acuerdo a la doctrina contenida en la sentencia que declaró la legitimidad de las asociaciones Foro de Ermua y Dignidad y Justicia para solicitar la apertura del juicio oral al entonces lehendakari Juan José Ibarretxe.

El tribunal que inició el juicio contra Garzón está integrado por el presidente, Carlos Granados; el ponente, Andrés Martínez Arrieta, y los magistrados Perfecto Andrés, Miguel Colmenero, Julián Sánchez Melgar, José Ramón Soriano y José Manuel Maza.

Una mujer abraza al juez Baltasar Garzón a la llegada de este ayer al Tribunal Supremo.
Una mujer abraza al juez Baltasar Garzón a la llegada de este ayer al Tribunal Supremo.ARTURO RODRÍGUEZ (ASSOCIATED PRESS)

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