Nos la suda todo

Hay semanas en que no pasa nada y pasa de todo. Ninguna exclusiva mundial, ningún posado de infarto -a estas alturas, que Alaska salga en bolas en Interviú sorprende tanto como cuando Ricky Martin salió del armario-, ningunos cuernos de escándalo. Natalicios, bodas, funerales, fiestas, divorcios, noviazgos, lo de siempre pero en cursi. Pero, ahora que voy de analista, tendré que montarme una teoría. Así que ahí va mi tesis: lo de esta semana no es para tirar cohetes, es de traca. Porque, seamos rigurosos: esa Carlota de Mónaco plantando a su novio pijo y liándose con un cómico que le saca 15 años; esa Pataky anunciando su embarazo de ese Chris Hemsworth, su pedazo de marido australiano; esa Margarita de Dinamarca celebrando el 40º aniversario de su reinado con gran despliegue de tiaras, y esa Angelina Jolie de mascarón de proa del desfile de sirenas de los Globo de Oro nos hubieran dejado muertos ayer mismo. Lo que pasa es que, como dice mi exsuegra, a la que se le acaba de ir el nieto a vivir con la novia sin casarse, ni Carlota ni Elsa ni Margarita ni Angelina ni Alaska son las primeras ni las últimas. Y estamos tan curados de espanto que nos la suda todo y no nos choca nada.

Como que casi me choco con Letizia comprando kiwis. Yo salía y ella entraba, pero como me niego a llevar gafas, la he tenido que ver en las seis páginas que le dedica ¡Hola! "Doña Letizia, una princesa ama de casa", titulan, eso es rigor y lo demás chorradas. Se ve que abrió la nevera, vio el panorama, se puso un plumas y una bota plana y se tiró a la calle a por postre para las niñas. En la frutería Vázquez, en plena milla de oro, que para algo es proveedor de la Casa. Mandarinas y dátiles, se llevó, lo imprescindible. Eligió, pagó y cargó el género personalmente, detallan, como si se hubiera herniado. Conjuntada con el guardaespaldas, eso sí, que hay que cuidar las formas. Hay quien dice que es una operación de imagen para hacer ver que ella es sencilla y campechana y mira el euro como la primera, la cosa es criticarla. Para mí que, con las nenas en el cole, el marido en Nicaragua, las amigas trabajando, la agenda libre y el ambientazo que debe de haber en esa urba, la pobre se aburría en Zarzuela y quiso darse un garbeo para quitarse de en medio y ver gente. Ahora, con tanto trote por Serrano, cualquier día la trinca Thais Villas y le hace una encuesta para su espacio Barrio rico, barrio pobre de El intermedio.

Hablando de tele, tenemos a Concha Campoy y Terelu Campos de baja médica, ánimo, colegas. La que está de vacas gordas es Maite Bulgari, neé Carpio, una periodista española que conoció al joyero entrevistándolo en Lo más plus y hasta la fecha. Hay que ver cómo prosperan las del gremio, y yo aquí, separada y para vestir santos. Hasta el sesentón de Bryan Ferry acaba de casarse con la ex de su hijo, verás lo que tarda en divorciarse. Le recomiendo Un divorcio elegante (Grijalbo), un libro de Purificación Pujol y prólogo de, tachán, Isabel Preysler. Escribir no sé, pero sabe de lo que habla, la prologuista. Por cierto, las señoras ya pueden soltarle la correa al marido. Adriana Abascal se ha lesionado esquiando en Aspen y no se la espera por estos lares. Ahora, si bajan a por el pan, igual se encuentran a Letizia comprando chóped.