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El jurado escucha las conversaciones en las que Costa y 'El Bigotes' critican a Camps

"Es un gilipollas", le dijo en varias ocasiones Pérez a Crespo del expresidente

"Es un jeta, es un jeta", le decía Álvaro Pérez, El Bigotes, al diputado Ricardo Costa sobre su "jefe", Francisco Camps. "És molt heavy ", le respondía el también secretario general del PP valenciano. Este y el cabeza visible de la trama Gürtel en Valencia y gerente de Orange Market, Álvaro Pérez, comentaban de esta manera que Camps no le hubiera comunicado a El Bigotes una reunión que iba a mantener con el embajador de EE UU en España, Edward L. Romero, después de habérsela gestionado. En la entrevista tenía que participar también el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, que fue una figura relevante de la campaña de Obama, con quien Camps quería reunirse.

Pero el tribunal del jurado que juzga a Camps y a Costa por un delito de cohecho pasivo impropio en la conocida como causa de los trajes derivada del caso Gürtel escuchó otras grabaciones, de 2008, plagadas de otros insultos hacia el expresidente. En una de ellas hablan Pérez y el número dos de la trama, Pablo Crespo, sobre las mismas reuniones. El Bigotes le cuenta que ha hablado con el embajador de EE UU, pero que el presidente de la Generalitat "mañana tiene un acto con 60 empresarios y no lo puede suspender...". "Es un gilipollas", dice el gerente de Orange Market sobre Camps. Crespo le intenta tranquilizar, pero Pérez insiste: "Es un gilipollas... consigo que vea a uno de los tres tíos más importantes del puto planeta...", y añade que Camps "tenía que haber mandado a tomar por culo a esos gorrones", dice sobre los empresarios.

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Sin embargo, al hablar de Costa el tono es distinto y, tal como se pudo escuchar en otra grabación, Crespo le comenta a El Bigotes cuánto le quiere "Ric". "Tío, de verdad, te quiere de verdad", le asegura, a lo que él contesta que "eso es un amigo de verdad".

La gala del deporte de Alicante fue otro de los temas de conversación entre ambos. "No podemos ir ahí", dice Crespo, que argumenta: "Lo que me preocupa es tener que hablar con nueve personas de una cosa que es una irregularidad, y no sé si has visto que han detenido hoy a otra alcaldesa por cuestión de 5.000 euros". "La empresa que trabaja para el partido no puede cometer ninguna irregularidad, porque el presidente no nos lo perdonaría", añade Crespo.

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