El pasado empresarial de Romney enturbia su campaña presidencial
El candidato es acusado de inversiones especuladoras que destruyeron empleos
Mitt Romney, líder en las primarias republicanas, se defiende de las acusaciones de que en los años ochenta y noventa se dedicó a destruir empresas y empleos, como especulador en inversiones de riesgo. La mayoría de sus contrincantes republicanos, así como el equipo de reelección del presidente Barack Obama, han criticado su paso por Bain Capital, una empresa de capital de riesgo dedicada a limpiar las finanzas de empresas con problemas para posteriormente venderlas. Romney asegura que las empresas en las que trabajó ya tenían dificultades antes de la intervención de Bain Capital.
A una semana de las primarias en Carolina del Sur, Romney comenzó ayer a emitir un anuncio electoral en ese Estado, donde las encuestas le dan una ventaja de unos ocho puntos porcentuales, según Real Clear Politics. El anuncio se titula Un futuro brillante y cita los casos de empresas exitosas a las que la gestión de Romney ayudó, como el supermercado de material de oficina Staples o la cadena de ropa deportiva Sports Authority. "Mitt Romney fundó y dirigió una empresa que invirtió en negocios con problemas, hizo crecer a algunos y renovó otros, creando miles de puestos de trabajo", dice una narradora.
No todos opinan de ese modo. Dos de sus contrincantes republicanos han criticado al exgobernador de Massachusetts por destruir empleos con sus inversiones de riesgo. El que más lejos ha llegado ha sido el gobernador de Tejas, Rick Perry, que ha calificado a la compañía de Romney de "buitre capitalista". Perry ha recordado que dos empresas compradas por Bain Capital en Carolina del Sur acabaron cerrando sus puertas. Un grupo que apoya a Newt Gingrich ha elaborado un documental de 27 minutos, titulado El rey de Bain, en el que se asegura que la gestión de Romney destruyó numerosos puestos de trabajo.
El equipo de reelección de Obama ha emprendido ataques similares. La asesora del presidente, Stephanie Cutter, envió una misiva a los medios en la que aseguraba que la "nerviosa respuesta [de Romney] a las preguntas sobre el asunto consiste en insistir en que cualquier crítica a su trayectoria empresarial es un asalto al libre mercado en sí mismo. [...] No es el libre mercado quien aspira a la presidencia, es Mitt Romney".
Romney dirigió Bain Capital entre 1984 y 1999. Fue una institución pionera en la compra temporal de empresas, con la intención de sanearlas y venderlas obteniendo beneficios. Según el candidato, ese negocio creó 100.000 puestos de trabajo y fue un exitoso modelo de eficiencia empresarial. Diversas investigaciones independientes, sin embargo, demuestran que Bain Capital fue una empresa pionera en el capitalismo más salvaje, que posteriormente tendría un efecto profundamente negativo sobre la creación de empleo en Norteamérica.
Según un análisis de The Wall Street Journal, que indagó en 77 empresas saneadas por Romney: un 22% de ellas presentaron suspensión de pagos o cerraron sus puertas años después de su venta, con la consecuente destrucción de empleo. Otro 8% perdió todo el dinero que Bain Capital había invertido en ellas. En realidad, fueron los inversores captados por Romney los que más se beneficiaron de aquellos negocios. Solo 10 de las 77 empresas saneadas produjeron un 70% de los beneficios que obtuvieron los inversores de Bain Capital. Esas ventas no siempre acabaron siendo provechosas para los compradores. Cuatro de aquellas empresas, cuyo saneamiento fue tan lucrativo, acabaron presentando suspensión de pagos.
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