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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Alianzas de picoteo

¿Se deben unir entre sí los partidos nacionalistas, o lo normal es que se unan los de derechas con los de derechas y los de izquierdas con los de izquierdas? La pregunta va a convertirse cada vez más habitual en este país donde parece haberse reducido el abanico político a cuatro partidos, dos por cada sensibilidad nacionalista, con una derecha y una izquierda en cada campo.

Es obvio que ninguno de los cuatro partidos tiene ni va a tener la mayoría, lo que fuerza a la alianza de, al menos, dos de ellos para gobernar las instituciones. Pero como la cultura del pacto sigue teniendo un halo de "traición" entre muchos de nuestros conciudadanos, las cúpulas de los partidos prefieren un silencio clamoroso sobre sus estrategias de alianzas y se limitan a salvar el temporal como pueden.

La discusión identitaria se une a la división ideológica para complicar las alianzas
El próximo Gobierno vasco también puede estar en minoría

La experiencia nos dice que hoy por hoy todos pueden pactar con todos, como se refleja en el reciente pacto entre el PNV y el PP para controlar la caja vasca, o como ya lo habíamos visto durante los procesos de aprobación de los presupuestos, donde los pactos se dan entre los nacionalistas españoles (Gobierno vasco) o entre nacionalistas vascos (gastos de Gipuzkoa), mientras que para aprobar los presupuestos de Bizkaia y Álava se optaba por las alianzas "de clase" entre la derecha (PNV y PP) o entre la izquierda (Bildu-PSE-EE). Incluso en Donostia vemos pactos Bildu-PP a propósito de una imposible estación de autobuses.

Ahora bien, ¿es conveniente esta política de alianzas de geometría variable? Mi sospecha es que no, aunque tendremos que resignarnos a ello. En la crisis actual, se necesitan grandes cambios estructurales y eso exige proyectos claros, de largo alcance y con sólidas mayorías que los impulsen, condiciones que no se pueden conseguir con esta estrategia de "picoteo" a derecha e izquierda, que solo producen acuerdos de "mínimos". El último ejemplo: la reforma fiscal aprobada por Rajoy en una semana y por sorpresa es mucho más dura que la reforma fiscal aprobada en Gipuzkoa por Bildu y el PSE-EE, dejando en evidencia que en nuestro país no ha habido en realidad ninguna reforma fiscal digna de ese nombre.

La dificultad para alianzas proviene de que además de la natural discusión "izquierda-derecha", tenemos superpuesta otra línea divisoria ideológica que gira en torno a la discusión identitaria. De esta manera, cada partido tiende a apoyarse en un partido de su propio campo nacionalista cuando se trata de temas identitarios y busca apoyo en su propio campo de clase cuando se trata de temas socioeconómicos.

Además, en el campo del nacionalismo vasco existe una tercera línea de fricción que hace difícil la perduración de los pactos intramuros: la discusión por la hegemonía entre el mundo del nacionalismo tradicional que representa el PNV y el mundo del nacionalismo radical que surgió en las postrimerías del franquismo de la mano de ETA.

Cada vez que en este campo se llama a la "unidad nacionalista" o a la "acumulación de fuerzas soberanistas", y llamamientos de ese tipo se produjeron incluso bajo el franquismo, lo que se quiere decir, en realidad, es que cada uno de los dos polos está intentando atraer al otro a su estrategia, para disolverlo lentamente, como si fuera la digestión de un pulpo. Y es que ambos partidos nacionalistas no son partidos tradicionales, que asumen desde el principio que solo representan a una parte del total de la sociedad, sino que son "movimientos nacionales" que se autoconciben como la única representación posible del verdadero pueblo vasco. Y claro está, resulta imposible que haya dos partidos que representen a todos los vascos verdaderos.

Esta autoconcepción del partido como "movimiento nacional" fue muy evidente en los primeros años del autogobierno vasco, donde el PNV se sentaba en el Parlamento en la bancada de la izquierda del hemiciclo, contradiciendo así la regla no escrita que rige la posición física de todos los parlamentos democráticos. Aquellos dirigentes del PNV no creían que su partido fuera de derechas ni de izquierdas, sino que era el partido de los verdaderos vascos y por ello no aceptaban sentarse en la zona del centro y la derecha. Esta anomalía duró dos años y solo al llegar a la actual sede definitiva, el PNV accedió a respetar la costumbre y se sentó en su sitio.

Ignoro el futuro, pero viendo cómo en la actualidad tenemos a todas las instituciones constituidas por gobiernos minoritarios me temo lo peor: que la situación siga así toda la legislatura y que se extienda al próximo Gobierno vasco, con lo que nos tendríamos que enfrentar a otros cuatro años de crisis sin piloto en el timón. Otra cosa es que el principio de realidad fuerce a buscar alianzas estables, capaces de dar mayorías que permitan acometer decisiones de fondo. Pero para eso habrá que esperar al resultado de las próximas elecciones al Parlamento vasco, donde habrá que ensayar alguna fórmula más estable y efectiva que la actual. Quizás eso explique porqué estamos viendo tantas aproximaciones entre el PNV y el PP, porque ya se sabe que desde Vitoria se mira siempre al color de quien manda en La Moncloa. Y si no, que se lo pregunten a Arzalluz cuando mandaba Aznar.

Acuerdo entre PNV y PP para los Presupuestos de Bizkaia.
Acuerdo entre PNV y PP para los Presupuestos de Bizkaia.LUIS ALBERTO GARCÍA

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