El PP da por zanjada la polémica interna por la elección de Urquijo

"Lo que pasó pasó, pero ahora tocan filas prietas", reiteran como si de un mantra se tratase diversas voces autorizadas en el PP vasco. Si bien generó malestar la decisión del presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, de elegir como nuevo delegado del Gobierno al sangilista Carlos Urquijo, a pesar de que el cargo fue prometido al vizcaíno Carlos Olazabal, nadie entre los consultados cree que el incidente sea el comienzo de alguna rebelión en la granja, ni que la brecha tenga repercusiones a corto plazo. "Se mezclaron las ganas de que no fuera Urquijo con las de que fuera Olazabal, nada más", coinciden ahora quienes se enfrentaron por sus divergencias sobre el nombramiento.

Queda por ver si la decisión, tomada exclusivamente por Basagoiti en una dirección del PP vasco más acostumbrada a un funcionamiento colegiado termina marcando un punto y aparte, con los escollos amplificados por el ruido mediático -todos los consultados lo niegan-. Quienes se oponían a la elección de Urquijo, en parte por su pasado sangilista pero también por falta de afinidad personal, consideran que Basagoiti ha "gestionado mal" la situación, teniendo en cuenta que Olazabal ya tuvo que dar un paso atrás para dejar que Leopoldo Barreda se hiciera con el único escaño seguro al Congreso encabezando la lista en Bizkaia. Olazabal llevaba semanas convencido de que la Delegación del Gobierno sería para él.

Los contrarios a la elección creen que Basagoiti "gestionó mal" la situación

Ayer, tal y como estaba previsto, el Consejo de Ministros oficializó la elección de Urquijo como representante del Ejecutivo central que gestionará el final de ETA y una profunda reordenación en el ámbito económico. Aunque el rompecabezas de por qué se terminó eligiendo a Urquijo en vez de a Olazabal en los últimos días sigue manteniendo ciertas incógnitas, es muy probable que su cercanía y conocimiento de las asociaciones de víctimas del terrorismo ha pesado a su favor, en un momento en el que la reacción de colectivo ante eventuales cambios en la política penitenciaria y otras cuestiones puede ser clave.

El otro afectado por la polémica es Santiago Abascal hijo, también conocido sangilista. Su intención era dejar Madrid y regresar al País Vasco como parlamentario reemplazando a Urquijo en la Cámara, pero la actual dirección del partido le ha trasladado claramente que esto no entra en sus planes. El elegido será el alcalde de Baños de Ebro, Roberto Blanco.

Urquijo, por su parte, agradeció en declaraciones a Efe la confianza depositada en él y anunció que dedicará sus esfuerzos a superar la actual coyuntura económica. Está previsto que deje su escaño en los próximos días para tomar posesión la próxima semana. "Trataré de estar a la altura de las circunstancias", añadió.