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Reportaje:

La industria baja los humos al coche eléctrico

Los directivos descartan que alcance una cuota significativa en 15 años

Ricardo de Querol

El coche eléctrico se desinfla como una más de las muchas burbujas pinchadas por esta crisis. Los directivos de la industria del automóvil no se creen las esperanzas depositadas en el vehículo movido por baterías, presentado por las autoridades de medio mundo como la solución limpia al transporte. El sector coincide en que el e-coche va a tener un papel minoritario en el mercado en los próximos 15 años, a pesar de que el consumidor valorará cada vez más el ahorro energético. Los híbridos (que combinan batería y un motor de combustión convencional) aparecen como una vía menos ambiciosa pero más realista para rebajar las emisiones como exigen las autoridades. Y cada vez se confía más en las mejoras de los motores tradicionales de gasolina y gasoil para que consuman (y contaminen) menos.

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La opinión dominante en la industria la refleja el Sondeo Mundial a Ejecutivos que realiza la consultora KPMG en vísperas del Salón de Detroit, la gran feria del sector. De 200 altos directivos de todo el mundo entrevistados, dos terceras partes descartan que los coches eléctricos alcancen el 15% de las ventas globales durante los próximos 15 años. Y un porcentaje similar suscribe que, a cinco años vista, la vía para reducir emisiones está más en "la optimización de los motores de combustión interna" que en las "tecnologías de electromovilidad".

"Con mucho, el motor de combustión es el más eficiente hoy. No va a desaparecer pronto, sobre todo si siguen mejorando su rendimiento", opina Francisco Roger, responsable de automoción en KPMG España. El vehículo eléctrico puro es muy costoso y "sin altas subvenciones no se ve viable", explica este experto. En Occidente, dada la grave crisis, el proyecto está pasando a un segundo plano. No así en otras potencias como China, que aspira a desempeñar un papel relevante en la industria del coche a baterías, y a la que los encuestados ven como primer fabricante mundial antes de 2017. Los directivos de la superpoblada y muy contaminada Asia mantienen su apuesta por el vehículo eléctrico mientras los europeos o americanos se vuelven más escépticos según empeora la economía. Así, en Japón se espera alcanzar un 25% de eléctricos entre los coches nuevos en 2025 y en China, entre el 11% y el 15%, cuando en Europa y EE UU solo se prevé del 6 al 10%.

Contrasta la prudencia de las empresas con las expectativas políticas. El Gobierno de Zapatero, con Miguel Sebastián en Industria, había previsto que el año pasado se matricularan 20.000 vehículos eléctricos puros o híbridos enchufables. Los datos del sector indican que han sido apenas 375 unidades. A años luz. El precio es una barrera considerable: un coche eléctrico como el Nissan Leaf o el Citroën C-Zero rondan hoy unos 30.000 euros, incluso con ayudas, pese a sus limitaciones prácticas. Solo las flotas de empresas, sobre todo públicas, pueden tirar de este segmento.

La industria sí cree en el coche híbrido (como el pionero Toyota Prius, que ya tiene rivales de distintas marcas). Ya está en las calles, ya contamina menos y ya reduce la factura energética. Tiende a más porque, al recurrir cuando lo necesita a un motor de gasolina, evita los insalvables defectos de los coches eléctricos: pobre autonomía, obligación de recargar durante horas y necesidad de infraestructura de enchufes. El año pasado en España se superó por primera vez la barrera de los 10.000 híbridos (no enchufables) matriculados.

Los directivos muestran incertidumbre sobre qué tecnología limpia se impondrá a largo plazo. Las apuestas se reparten entre los híbridos actuales, los híbridos enchufables, el coche de batería y el de pila de combustible, el más limpio y también más complicado a priori, puesto que se alimenta de hidrógeno líquido.

Otros expertos comparten el análisis. Para el consultor Pedro Nueno, de Inter-ben, "hay razones para ser poco optimista", porque el mercado del coche eléctrico es por ahora "muy artificial, sostenido por subvenciones y sin apenas pedidos de particulares". Nueno no cree que este mercado sobrepase el 5% del total en dos décadas. Y eso "puede tener sentido como nicho para un proveedor de tecnología especializada, pero no es un mercado sostenible para la industria de volumen actual".

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).
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