Los tenderos chinos salieron a la calle
La Comunidad atendió las reivindicaciones chinas un mes después de la manifestación que pedía la concesión de licencias para la venta de alcohol
La jornada de Wang Shao Hua empieza a las nueve de la mañana y se prolonga hasta pasadas las diez de la noche desde hace más de 13 años. La tienda de alimentación que regenta en el número 13 de la Corredera Alta de San Pablo supuso pasar de asalariado a pequeño empresario para este inmigrante chino, que fue cocinero antes de atender tras el mostrador.
El pasado 28 de noviembre Wang acudió a una manifestación, la primera de los comerciantes chinos en España, para pedir al Ayuntamiento de Madrid el desbloqueo de la concesión de licencias para vender alcohol.
El hombre lleva 18 años en España pero, como muchos de sus compatriotas, sonríe más de lo que habla: es su forma de expresar que no te entiende del todo. Se mueve con soltura entre las estanterías de su impoluto pero diminuto local. Finalmente, saca varios documentos ordenadamente archivados. Uno de ellos es una autorización, con fecha de 1999, para vender todo tipo de productos alimenticios, incluidos vinos y licores envasados. La ley antibotellón de 2002, sin embargo, cambió la norma y supeditó la venta de alcohol a una segunda licencia con la que cuentan tan solo el 25% de los establecimientos chinos.
El distrito de Centro es una de las zonas donde conseguir el permiso es casi imposible. Wang lo solicitó dos veces en 2003 y en 2007 y en ambos casos se lo denegaron después de años de espera. Con todo, siguió vendiendo bebidas alcohólicas que esconde en la nevera, detrás de las botellas de agua y los zumos. "Si no hay cerveza o vino se van y no compran la comida", asegura. Los siguientes documentos que enseña son los de las dos multas, una de 30.000 y otra de 60.000 euros, por venta de alcohol sin licencia.
Pero la protesta china ha tenido un efecto casi inmediato. El pasado martes, la Asamblea regional acordó eliminar la licencia especial para la venta de bebidas alcohólicas en locales comerciales, después de que la Comunidad de Madrid presentara una enmienda para retirar la segunda autorización. Además, el Gobierno regional se reserva la potestad de sancionar y prohibir la venta de bebidas alcohólicas, responsabilidad que hasta ahora competía también a los Ayuntamientos.
El presidente de la Asociación de Comerciantes chinos, Pedro Zhang, se muestra contento con la decisión. Considera que la modificación equipara a las tiendas chinas con aquellas abiertas un mínimo de 18 horas y que reserven un espacio a la venta de prensa o música, que no necesitan un permiso especial.
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