Contra el crimen machista

Carmen Quintanilla se mueve entre lo grande y lo pequeño. Su vida transcurre entre ese periodo vital en el que nos llaman personas mayores, y ese lugar del vivir que es el mundo rural. Y hace grande lo pequeño de los pueblos a través de esa lente convexa que es la proximidad, la cercanía a la realidad de los municipios de menos habitantes para hacerlos grandes verdades. Y hace pequeños los problemas de las personas mayores al liberar esa vida atrapada por los años, y la juventud dorada que guardamos para siempre en lo que quizás sea nuestro único tesoro.

Conocí a Carmen Quintanilla en 2001, nos encontramos en Almería, en un curso de verano sobre violencia de género, y desde entonces hemos mantenido el contacto del afecto y el respeto por el trabajo realizado. Una labor fruto del compromiso para hacer de la sociedad ese lugar común, y de lo común un lugar compartido por todas las personas: grandes y pequeños, mujeres y hombres, mayores y jóvenes... En definitiva, para algo tan fácil como que aceptemos ser, sencillamente, lo que somos. Quizás por eso resulta tan complicado.

La proximidad en el afecto de aquel encuentro nos ha llevado a buscar un mismo objetivo en la erradicación de la violencia de género, y esta meta se ha traducido en unidad en la acción, por eso sé que esa unión significa continuidad, y que ella seguirá haciendo lo grande pequeño, y lo pequeño aún más grande.

Miguel Lorente Acosta es médico forense y delegado del Gobierno contra la violencia de género.