Milagros sin regulación legal
El Ministerio de Sanidad acaba de hacer públicos los resultados de un informe sobre las terapias alternativas encargado por el Congreso de los Diputados en 2007. La Cámara deseaba conocer los verdaderos efectos médicos de la homeopatía, la acupuntura, la osteopatía, la quiropraxia y otras prácticas que gozan de creciente reputación social antes de consagrarles una ley. El informe no ha podido ser más concluyente: en la mayor parte de los casos, las terapias alternativas no pasan de ser simples placebos. Tal vez la acupuntura sea la que sale mejor parada, pese a la desconcertante comprobación de que, cuando alivia, alivia en cualquier caso, se aplique bien o se aplique mal. Y otro tanto ocurre con los masajes para algunas dolencias como los problemas lumbares, aunque, a diferencia de la acupuntura, exige que se realicen correctamente. Los resultados del informe producen sorpresa, no porque demuestren que las terapias alternativas se apoyan sobre todo en el efecto placebo, sino porque el efecto placebo se ha convertido en un negocio con futuro en estos tiempos de crisis, a juzgar por la proliferación de las innumerables prácticas que lo provocan.
Con tanto futuro, que ahora vender humo no podría considerarse sin más como una empresa inane; dependerá de si es capaz de provocar o no el efecto placebo. El negocio sería, además, redondo como una voluta si, al igual que la acupuntura y a diferencia de los masajes, resultara indiferente que se realizara correcta o incorrectamente. Ciencia y seudociencia fueron de la mano mucho tiempo, antes de decirse un adiós que parecía definitivo.
Sanidad demuestra que son tan numerosos como imaginativos los esfuerzos por reconciliarlas. Entre ellos, los de las terapias alternativas, que, en lugar de reivindicar el progreso de la medicina, suelen apelar al carácter ancestral de sus prácticas. Pero, puestos a mirar atrás, ninguna terapia más alternativa que los milagros, de los que nada dice el informe del Ministerio
de Sanidad. Seguramente porque el Congreso de los Diputados está demasiado ocupado para regularlos por ley.
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