Navidades negras
Era difícil superar lo de los minijobs, los miniempleos con minisueldos de 400 euros. Pero siempre hay alguien dispuesto a ir más allá: el alcalde de mi pueblo propone despedir a un trabajador y pedirle luego que eche unas horas gratis en el mismo centro en el que trabajaba. Genial.
Mi pueblo es Manzanares y su alcalde, del PP, se llama Antonio López de la Manzanara. Plantea que los despedidos, en vez de quedarse en casa, trabajen como "voluntarios" sin sueldo en esos mismos centros. Como las ONG, dice.
El origen de tan singular propuesta está en otro hachazo que la presidenta de Castilla-La Mancha ha dado al Estado del bienestar: María Dolores de Cospedal ha retirado las ayudas al centenar de casas de acogida y centros de la mujer de su comunidad. Buena parte de los 400 trabajadores irán a la calle.
No es este el último tijeretazo de Cospedal, que va marcando el camino a Rajoy y quién sabe si, en el futuro, a Javier Arenas. La también secretaria general del PP ha incorporado el copago en la ayuda a domicilio. Miles de ancianos tendrán que destinar casi una cuarta parte de su magra pensión, muchas de 500 euros, a copagar este servicio. Mientras -hay que decirlo una vez más- Cospedal mantiene sus dos sueldos, que suman casi un cuarto de millón de euros.
Allí donde gobierna la derecha, se mutilan los servicios sociales. Por el contrario, donde gobierna la izquierda, se aumenta o se mantiene el gasto social. Así, se da la paradoja de que el mismo día en que el Gobierno conservador catalán anuncia el copago farmacéutico (un euro por receta, incluidos los pensionistas), el Gobierno socialista andaluz oferta 2.389 plazas de profesores para el próximo año.
Y mientras Cospedal cercena la ayuda a domicilio, Andalucía concentra el 43% de toda esa ayuda en el país. Un servicio que crea entre 40 y 60 puestos de trabajo en pueblos de entre 10.000 y 15.000 habitantes.
Con lo que se demuestra además que una acertada política social beneficia al empleo.
Los 195.000 dependientes atendidos en esta comunidad han generado 50.000 puestos de trabajo directos. Rajoy dijo en este periódico que la política de dependencia no era viable.
Con tantas malas noticias, estas serán unas navidades negras. Los más angustiados por su futuro son los 790.000 empleados públicos con contrato temporal. Los Gobiernos autónomos populares, jaleados por la patronal, entrarán a saco en este colectivo: de hecho, desde septiembre ya han sido despedidos 100.000.
Así se superarán los cinco millones de parados, según todas las previsiones. De ellos, 1,4 millones no reciben ya ningún tipo de prestación y todo augura que Rajoy las recortará en tiempo y cuantía.
Consecuencia: el 20% de la población española, unos 10 millones de personas, vive bajo el umbral de la pobreza (Cáritas). La distancia entre ricos y pobres se agranda: España es el cuarto país de la UE-27 con mayor desigualdad interna, solo superados por Letonia, Lituania y Rumanía (Eurostat).
Los que tienen mucho, tienen tanto que el sector del lujo en España ha crecido un 25% en 2011, hasta alcanzar unas ventas de 4.500 millones de euros (Asociación Española del Lujo Luxury Spain).
Para los que menos tienen, quedan los miniempleos. O el trabajo voluntario, sin sueldo, como propone el alcalde de mi pueblo. Por cierto: su brazo derecho, el concejal de Cultura, Manuel Martín-Gaitero, ha descubierto los miniderechos: niega el uso de la Biblioteca Municipal a los conferenciantes de la Escuela de Ciudadanos (dirigida por este columnista) porque, según él, están "ideológicamente alineados en la izquierda", como los exministros Carlos Solchaga y Carmen Calvo, el catedrático de la Universidad de Sevilla Juan Torres López o el compañero de este periódico Juan Cruz.
¡Menudos son los de mi pueblo!
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