Acabar con el tráfico de niños
Acabamos de saber que más de 600 personas han sido detenidas en China por tráfico de niños. Las autoridades chinas han conseguido desmantelar dos bandas que se dedicaban a la compraventa de menores, y al tiempo han logrado rescatar a cerca de dos centenares de niños que habían sido secuestrados para luego ser vendidos.
Se trata sin duda de un gran trabajo policial que ha puesto fin a un inadmisible cautiverio infantil, tan frecuente en el gigante asiático que hace de este tipo de actuaciones extraordinariamente necesarias pero también insuficientes.
Decenas de miles de niños desaparecen cada año en China. La tradicional preferencia por un heredero varón y la extendida política de un hijo único, favorecen este mercadeo constante con la vida de los más pequeños.
El delito cometido por estas redes de esclavitud infantil no debe quedar impune, y las sanciones para los que se dedican a traficar de manera deliberada con la vida deben ser ejemplares. No se puede consentir que haya quien se enriquezca a costa del sufrimiento, de la escisión de la libertad total del otro, en definitiva de la violación de sus derechos, y más aún si se trata de aquellos que resultan ser más indefensos y vulnerables.
Se debe luchar por ponerle freno de una vez por todas a este nauseabundo negocio. En China, y en cualquier otra parte del mundo.
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