Bizkaia presiona a Garitano para que aclare si construirá la incineradora

Un total de 25.000 toneladas. Esa es la cantidad de basura que Gipuzkoa envía cada año desde 2008 al vertedero vizcaíno de Igorre. El trasiego de residuos es posible gracias a un acuerdo que ambas Diputaciones firmaron cuando estaban gobernadas por el PNV. Fue, ante todo, un gesto "solidario" del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, por la "situación límite" de las escombreras guipuzcoanas, al borde de la saturación tras el cierre del vertedero de San Marcos.

El mencionado convenio expira dentro de seis meses, aunque se puede prolongar otros tres años más, siempre y cuando Gipuzkoa mantenga su intención de construir la incineradora de Zubieta (San Sebastián), ya en fase de ejecución. En caso contrario, o si se produjera un retraso "no justificado" en las obras, no se aplicará una prórroga.

Los socialistas critican que la inversión pública "se ha desplomado"

Hasta el pasado mayo, todo apuntaba a que la basura guipuzcoana seguiría viajando a Bizkaia hasta 2015. Pero la llegada de Bildu al poder en la Diputación y en las mancomunidades dio un vuelco a la situación. La coalición abertzale ya había avisado en campaña de que se oponía a la incineradora y, hasta la fecha, mantiene su postura.

El diputado de Medio Ambiente, Juan Carlos Alduntzin, insistió recientemente en el "compromiso" de su partido de aplicar una moratoria -no especificó tiempo, por lo que podrían ser semanas, meses o años- en la construcción de la instalación para estudiar "como es debido" el proyecto y "fomentar un debate entre la ciudadanía".

Bildu, que gobierna en minoría, ha permanecido impasible ante las críticas de la oposición, que lleva semanas exigiendo la continuidad del plan de residuos del anterior Ejecutivo, revalidado esta legislatura con los votos de PNV, PSE y PP.

Este frente común de la oposición podría romperse porque el PNV estudia retirar su enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos para 2012 de Bildu. Para ello, ha puesto dos condiciones: que se aclare qué va a pasar con la incineradora y que se active un programa de apoyo a las empresas. La negociación entre ambas formaciones debe resolverse antes del próximo lunes, fecha en la que se debatirán en la Cámara provincial las tres enmiendas de totalidad a las cuentas. Ayer no había aún acuerdo.

La postura peneuvista despertó el recelo del PSE. "El señor Markel Olano se va a convertir

[si apoya las cuentas] en responsable de la ruina económica de Gipuzkoa", criticó Rafaela Romero. Ayer mismo, la portavoz socialista deploró que la inversión pública "se ha desplomado" y acusó a la Diputación de estar metiendo al territorio en "una espiral maldita".

Mientras Gipuzkoa continúa inmersa en la bronca y la indefinición, Bizkaia se mantiene expectante, ya que está en juego el futuro de sus vertederos. Al actual ritmo, al de Igorre le quedarían dos años de vida útil.

Una vez al año, o cuando lo requiere una de las dos partes, una comisión se reúne para vigilar el cumplimiento del convenio. Iosu Madariaga, diputado de Medio Ambiente vizcaíno, aseguró en el pleno de Juntas Generales del 29 de noviembre que había enviado "una notificación" a Martin Garitano en la que le preguntaba a qué personas iba a designar para estar al frente de la mencionada comisión. Fuentes forales aseguraron que se había efectuado también una llamada telefónica. Ayer, Madariaga no había recibido aún una respuesta.