Xabier Lete regresa a la Azoka

Xabier Lete falleció el 4 de diciembre del año pasado cuando tenía 66 años, en plena celebración de la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango, lo que motivó un improvisado y emotivo homenaje de cientos de personas en el exterior del recinto de la Azoka, que incluyó algunas de sus canciones. A muchos se les pusieron los pelos de punta cuando sonó la más conocida de todas, Xalbadorerren Heriotzean. Un año después, la figura del cantautor regresó ayer con fuerza a la feria con la presentación del libro de Ignacio Mugika Iraola Xabier Lete. (Auto)biografía bat (Alberdania).

"Hace un año, cuando iba a su funeral, pensé que se había marchado un gran poeta, cantautor... pero también un genial comunicador. Entrevistas suyas me habían hecho parar el coche para escucharlas con detenimiento. Me tocaban", cuenta Mugika a EL PAÍS. Por eso, decidió ponerse en contacto con periodistas de radio y prensa y recopilar esas conversaciones. "Pensé que eso no se podía perder. Era su experiencia vital", señala.

Harkaitz Cano vuelve a la novela con 'Twist', una historia de amistad y dolor

Con permiso de los profesionales de los medios de comunicación, Mugika organizó las declaraciones de Lete por temas. "Están los recuerdos de su infancia, lo que eran para él la poesía, la lengua, la construcción de país, la violencia, el sufrimiento por la enfermedad, la muerte, la religión...", describe el autor.

Quien habla así al lector es el propio cantautor fallecido. "Mi intención ha sido intentar que pareciera que él te contaba las cosas al oído. He tratado de respetar su oralidad", dice Mugika, quien conoció a Lete en vida, aunque no íntimamente. "Para él, yo era un escritor joven. Teníamos una relación buena, nos escribíamos cartas. Me llamó la atención la cantidad preguntas que me hacía. Era un hombre muy curioso, algo que también se nota en sus canciones y poemas", resalta.

Por la tarde, Harkaitz Cano presentó en la Feria su última novela, Twist (Susa), que transcurre en los ochenta. "Es la historia de tres amigos. Dos son torturados, asesinados y enterrados en cal viva. El tercero sobrevive, pero este episodio condiciona toda su vida", cuenta a este periódico el autor, quien llevaba seis años sin escribir ficción. La novela está divida en ocho capítulos, "cada uno de ellos con una entidad propia".

Unai Elorriaga, Premio Nacional de Narrativa 2002, comentó en su día sobre la obra de Cano: "Siempre aporta algo". El autor de Lasarte agradece el elogio. "Esperas encontrar la mejor forma de contar las cosas. Es una historia cruda, pero he querido rescatar los momentos felices, aquéllos en los que los amigos disfrutaban de la vida. Es un continuo flashback", apunta Cano sobre su novela, cuyo título es "un señuelo que viene a cerrar la historia más que a abrirla".

Respecto a esos "momentos felices", el autor desvela que fueron lo que más le costó escribir. "Siempre tienes ese miedo de resultar naif", confiesa. Cano ha estado en la Azoka "prácticamente todos los días". "Destacaría el Ahotzenea, que ha recuperado esa vertiente participativa de los autores. Los años pasados se había hecho más hincapié en lo mercantil", opina.