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Navarro y Ros allanan el camino hacia una candidatura unitaria para dirigir el PSC

El alcalde de Lleida quiere ser candidato a la Generalitat aunque no lidere el partido

Miquel Noguer

Las piezas del puzle del PSC comienzan a encajar a 10 días del congreso del partido. Las cuatro candidaturas para dirigir el Partit dels Socialistes empiezan a hallar puntos de encaje entre sí que llevan a pensar en la candidatura de consenso que persigue la actual dirección. El último paso hacia esta comunión de los candidatos lo dieron ayer el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el de Terrassa, Pere Navarro.

Ros, con menos apoyos que Pere Navarro, lanzó el mensaje de que su vida política va mucho más allá del cónclave socialista y de que, aunque no consiga acceder a la primera secretaría del partido, aspira a ser candidato a la Generalitat dentro de tres años. Aunque Ros no dijo en ningún caso que piense renunciar por ahora a su carrera para dirigir el PSC, el mensaje del alcalde de Lleida fue interpretado en medios socialistas como un guiño al candidato mejor situado. En el entorno de Pere Navarro se da por hecho que Ros podría incorporarse a una candidatura conjunta si se deja claro que en el congreso de diciembre se elige solo la dirección del partido, no necesariamente el candidato socialista a la Generalitat. De hecho, todos los candidatos, incluido Navarro, apuestan por que el candidato a la presidencia de la Generalitat, además de los de otros puestos importantes, se escojan a través de elecciones primarias abiertas a todos los catalanes. Ello, pues, no debería dificultar que Ros se incorpore al equipo de Navarro ahora para competir más adelante en unas elecciones primarias.

En una entrevista en TV-3, Ros no cerró en ningún momento la cuestión de formar una candidatura conjunta. Sí insistió en que el momento de plantearlo no ha llegado porque la militancia lo interpretaría como una maniobra para truncar el debate. Lo único que pidió para poder hablar de sumar fuerzas fue que todos los dirigentes se comprometan a "cambiar" el funcionamiento del partido y a no negociar antes del congreso, sino durante el cónclave que se celebrará entre el 16 y el 18 de diciembre. "Estando como estamos en estos momentos, no podemos condicionar ningún debate. Si después de tres caídas electorales seguidas no cambiamos, no sé cuándo lo haremos".El movimiento de Ros ayer supuso un mensaje de tranquilidad para los que buscan una candidatura conjunta. En el entorno de Pere Navarro se da por hecho que el verdadero objetivo del alcalde de Lleida no es tanto liderar el partido como pelear por la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Si bien Ros ha defendido en más de una ocasión que lo ideal sería que el primer secretario fuera también candidato a la Generalitat, tampoco se negaría a una suerte de bicefalia que ya se dio durante la época de Pasqual Maragall: este era presidente del PSC y de la Generalitat, y Montilla ejercía como primer secretario.

Pere Navarro también comienza a lanzar mensajes de acercamiento. Consciente de que la reivindicación más visible de la candidatura de Àngel Ros es la reclamación de un un grupo propio para los socialistas catalanes en el Congreso, el alcalde de Terrassa ha suavizado su posición, inicialmente contraria a ello. Durante una entrevista en Catalunya Ràdio, Navarro dijo que no se deben "cerrar las puertas" a la opción del grupo propio "o a las herramientas del grupo propio". Navarro aseguró que él también persigue el objetivo de que el PSC sea "visible ante el PSOE" y poder votar diferente si hace falta. A esta reivindicación se sumaron ayer las juventudes del partido, que pidieron que del congreso salga un PSC rejuvenecido, que haya primarias abiertas y que se refuerce la agenda catalanista.

En el PSC pocos dudan que el acuerdo entre Navarro y Ros es cuestión de tiempo y que en cualquier caso se cerrará durante el congreso socialista o muy poco antes. También se da por hecho que, si ambos pactan, Miquel Iceta, el tercer candidato en liza, retirará su candidatura para apoyar al tándem Navarro-Ros, puesto que el gran objetivo de la candidatura del actual número dos del partido era buscar una ejecutiva de fusión. Menos claro está el papel del cuarto y último candidato, Joan Ignasi Elena, del minoritario sector obiolista. Elena sigue defendiendo la idea de la renovación del partido a fondo y la consecución del grupo parlamentario propio en el Congreso es uno de sus grandes objetivos. En cualquier caso, pocos dudan que Elena y los obiolistas se acabarán sumando a la mayoría que se configure durante el congreso.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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