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Europa convulsa

Cameron vive la mayor huelga en Reino Unido desde los años ochenta

El paro de cientos de miles de empleados públicos afecta a escuelas y hospitales

Reino Unido vivió ayer la mayor huelga desde los años ochenta. El paro, en protesta por la reforma del sistema de pensiones del sector público, fue seguido por cientos de miles de los dos millones de trabajadores convocados por una treintena de sindicatos y se convirtió en una protesta por los ajustes puestos en marcha por la coalición de conservadores y liberales-demócratas. Es la primera protesta a gran escala contra el Gobierno de David Cameron, que vivió la jornada con cierto pánico, debilitado por el impacto mediático del grave empeoramiento de la situación económica y el deterioro de las cuentas públicas revelado la víspera.

La huelga fue especialmente seguida en las escuelas y obligó a miles de familias a faltar al trabajo o pagar para que alguna institución se hiciera cargo de sus hijos. El Gobierno admitió que casi el 60% de las 21.700 escuelas públicas de Inglaterra no abrieron y en Escocia la huelga tuvo un seguimiento aún mayor: solo abrieron 33 de las 2.700 escuelas gestionadas por los ayuntamientos.

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El paro también tuvo impacto, aunque menor, en la sanidad y según el Gobierno se cancelaron 6.000 de las 30.000 operaciones que estaban programadas para ayer, así como decenas de miles de citas médicas. Las ambulancias solo atendieron urgencias de primer orden. Igualmente las oficinas de atención al público en numerosos departamentos ministeriales, los tribunales y otras administraciones gubernamentales se vieron afectadas.

El impacto ha sido desigual en el transporte porque solo unos pocos de la treintena de sindicatos que han convocado el paro son de este sector. El transporte público no se ha visto afectado en Londres, pero en cambio no han funcionado ni trenes ni autobuses en Irlanda del Norte. El impacto en las fronteras ha sido menor de lo esperado. La prensa sensacionalista había vaticinado esperas de hasta 12 horas para los pasajeros que querían entrar en el país. Al final, la inmensa mayoría de los vuelos despegaron y aterrizaron con normalidad y las colas eran las de siempre. Aunque había menos personal del habitual, también había menos pasajeros porque muchos decidieron cambiar la fecha de su vuelo.

Decenas de miles de personas se manifestaron por la mañana en distintas ciudades del país, en particular Londres, Manchester, Edimburgo y Cardiff. El dispositivo de vigilancia en la capital fue espectacular, especialmente a la altura de la sede del Tribunal Superior de Justicia, que coincide con las puertas de entrada de la City. Por la tarde, un centenar de los llamados indignados entraron en las oficinas de una compañía minera cerca de Piccadilly, aunque sin intención de asentarse en él de forma permanente.

La huelga ha sido un éxito político para los sindicatos, pero está por ver si son capaces de mantener una campaña sostenida en defensa de una reivindicación que la mayoría de la población observa con comprensión y simpatía, pero también con cierto recelo. No solo por el argumento del Gobierno: si la vida es más larga es necesario cotizar más para sostener el sistema, sino porque la realidad es que, aunque los empleados públicos temen por el futuro de sus pensiones, la mayoría de los trabajadores del sector privado no tienen ese temor porque ni siquiera tienen pensiones. Y si las del sector público necesitan más dinero para mantener el sistema, ese dinero acabará saliendo o de las cotizaciones del sector público o de los impuestos de todos los contribuyentes.

El Gobierno ha apostado por la firmeza en este primer envite, que interpreta más como un rechazo al ajuste que como una protesta por la reforma de las pensiones. Eso es lo que destilaban las críticas vertidas anoche contra la BBC por el ministro de Educación, Michael Gove, uno de los ideólogos más cercanos a Cameron. Entrevistado en el influyente telediario de las seis de la tarde, Gove acusó a la corporación de no dar voz a los directores de escuela que se han visto forzados a seguir una huelga que rechazan y no escrutar debidamente la "agenda política" que, según él, se esconde detrás de las reivindicaciones de algunos sindicalistas.

La huelga ha tenido el respaldo político de los partidos nacionalistas en Escocia y Gales, donde el sector público tiene un peso enorme en la economía y emplea a una proporción más alta de la población que en Inglaterra. Pero los laboristas británicos han tenido un papel más ambiguo. Su líder, Ed Miliband, ha criticado el paro con la boca pequeña, mostrando sobre todo su comprensión con los millones de británicos que se han podido ver afectados por el paro, pero eludiendo toda confrontación con los sindicatos.

Manifestación contra los recortes de las pensiones en Glasgow, Escocia.
Manifestación contra los recortes de las pensiones en Glasgow, Escocia.JEFF J. MITCHELL (GETTY)

Calendario de paros

Las protestas contra los planes de ajuste recorren los países de la UE, en especial los más afectados por la crisis. Grecia ostenta el récord de movilizaciones.

- Portugal, 24 de noviembre. Huelga general convocada por los dos grandes sindicatos contra los presupuestos de 2012. Es la tercera de los últimos 23 años.

- Bulgaria, 28 de noviembre. El lunes fue la primera jornada de una protesta que se desarrollará durante toda la semana.

- Grecia, 1 de diciembre. Huelga general convocada bajo el lema "No al presupuesto de la recesión". Es la primera contra el Gobierno de unidad de Lukas Papademos.

- Bélgica, 2 de diciembre. Movilizaciones.

- Francia, 13 de diciembre. Jornada nacional contra la austeridad.

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