Los comerciantes chinos protestan en la calle por primera vez en España
Piden al Ayuntamiento que desbloquee las licencias para la venta de alcohol
La persiana permaneció bajada ayer en unas 300 tiendas de alimentación regentadas por ciudadanos chinos en Madrid. Una imagen poco habitual para unos establecimientos que abren de media 14 horas al día, siete días a la semana. La respuesta se encontraba a las puertas de la sede del Ayuntamiento, en el Palacio de Cibeles, donde una bandera china ondeaba junto al mensaje: "[Alberto Ruiz] Gallardón ayúdanos a integrarnos".
Varios centenares de chinos protagonizaron ayer la primera concentración de comerciantes de esta nacionalidad en España. Un colectivo manso que ayer convirtió su silencio en una ordenada y puntual protesta para exigir al Ayuntamiento que abra el grifo de las licencias de venta de alcohol. Consideran esa autorización necesaria para la supervivencia de las cerca de 3.000 tiendas de alimentación que se agrupan en la Asociación de Comerciantes de origen chino.
Solo el 25% de sus locales cuenta con permiso para vender esas bebidas
Los inmigrantes de segunda generación fueron esenciales para dar voz a las reivindicaciones de sus padres ante la prensa. Tras pasar por esta suerte de teléfono roto, la dueña de una tienda en la calle de La Palma afirmó que acumula multas por un importe de 60.000 euros. Explicó que lleva dos años esperando la segunda autorización para vender bebidas alcohólicas y admitió que se salta la ley porque "sin alcohol no hay negocio". Un problema y una postura que se puede extender al resto de establecimientos. La mayoría tiene al menos una multa de, como mínimo, 30.000 euros por venta de alcohol sin permiso, aunque en algunos casos las sanciones ascienden a 240.000 euros.
Desde 2002, la ley antibote-llón obliga a tener una segunda licencia para vender alcohol hasta las diez de la noche. Solo el 25% de los establecimientos chinos cuenta con ese permiso, según Miguel Ángel Armesto, abogado de la asociación, que enumeró los distritos donde conseguirlo es casi imposible: Centro, Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Usera...
En diciembre de 2010, la Asamblea regional aprobó una modificación de la ley de acompañamiento que ampliaba el horario de venta de alcohol más allá de las diez de la noche para los establecimientos abiertos un mínimo de 18 horas y que reserven un espacio a la venta de libros, prensa, vídeos o música. Los comerciantes chinos denuncian que estos requisitos, a la medida de las tiendas de 24 horas, suponen un agravio comparativo. Armesto reclama el derecho de estos empresarios a competir "en igualdad de condiciones".
El presidente de los comerciantes chinos, Pedro Zhang, entregó ayer más de 200 solicitudes de segunda licencia en la sede municipal. Estuvo acompañado por el presidente de la Federación de Empresarios de Madrid, Alfonso Tezanos, que reconoció que los chinos son los únicos comerciantes que tienen este "gravísimo" problema. "Desde hace dos años, la policía sanciona al mismo comercio varias veces, generando multas absolutamente impagables", sostuvo.
Y. Shan agitaba ayer el impreso en el que solicita fraccionar en 36 mensualidades los 30.000 euros que adeuda por una sanción. "Ganamos para comer 1.500 euros", afirma dramáticamente la mujer, que llegó en 1999, en un español a modo de telegrama. "Entendemos la multa, pero no la desproporción", matiza un joven a su lado. La protesta es un punto de inflexión para la hermética comunidad china, que destaca la tranquilidad y sumisión entre sus virtudes: "[Somos] muy trabajadores, no molestamos, pagamos los mismos impuestos. Lo que nos hace el Gobierno no vale".
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