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Crítica:danza | críticas
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Noches italianas y tendencias de baile

En la zona final del 26º Festival Madrid en Danza se han podido ver dos compañías italianas de muy diverso signo estético. Primero la creación de Simona Bucci titulada I rimasti que se yergue sin fisuras como lo mejor de cuanto ha venido este año a Madrid y que ha estado en la sala verde de los Teatros del Canal en días pasados, y La nature delle cose de Virgilio Sieni, que aún podemos ver el Teatro de La Abadía hasta hoy día 27.

Bucci partió de un cuadro de Angelo Morbelli sobre un tema en el que el pintor divisionista insistió mucho hasta lo obsesivo desde fines del siglo XIX hasta los primeros años del XX: los desplazados en el salón del hospicio Trivulzio de Milán (aún hoy existe en su tenebrosa mole de piedra), sombrío, letárgico, desesperanzador. De las varias versiones que Morbelli pintó, siempre la luz lateral y espesa como una pasta corrompida, y esos seres vencidos dan un sentido de batalla malograda, de drama concluido, y eso es lo que la coreógrafa ha llevado magistralmente a escena con un sentido agonista y un movimiento duro a la vez que elegante. Consigue Bucci la atemporalidad, el misterio sobrecogedor de la obra de arte que no pasa y nos hace meditar. Los caracteres, muy dibujados, responden a una elaborada dramaturgia, a una profundización desde lo temático a la esencialidad de la escena única. El dúo final es un hallazgo.

Virgilio Sieni en La nature... continúa en lo que puede entenderse como exploración introspectiva de de su arte poética, una empecinada búsqueda de asociaciones y estímulos sociales de la danza. Cinco intérpretes, cuatro hombres y una mujer, que se refuerzan mutuamente en una armazón física inestable para dibujar las edades del hombre (ilustra bien citar y ver la tabla de Hans Bandung-Grien del Museo del Prado: del bebé a la anciana), apoyados en versos de Lucrecio. La música casi salmodia electrónica de Francesco Giomi dota las escenas de misterio y la mujer resulta una especie de buratino de varillas, articulación fantástica que se transporta como efigie. La cara cubierta de cipria blanca bascula de la máscara irreal a otro imaginario cercano a la muerte. Lucrecia habla insistentemente de resistir, pero la escena sugerida por Sieni es de agotamiento, de irredención.

Estas noches italianas de buen baile contemporáneo demuestran la multitud de corrientes estéticas en que se debate el teatro de danza de hoy.

Representación de 'I Rimasti' de Simona Bucci.
Representación de 'I Rimasti' de Simona Bucci.CRISTIANO CASTALDO
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