La voz de las mujeres víctimas
¿Qué más podemos hacer? Es la eterna pregunta que nos planteamos las instituciones con responsabilidad frente a la violencia machista contra las mujeres. Hoy, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, podemos decir que llevamos años trabajando en coordinación, han visto la luz importantes protocolos, se han hecho grandes esfuerzos en mejorar la protección de las mujeres, y se incide en que es fundamental la sensibilización, la concienciación y la prevención a través de la educación para acabar con un problema que tiene su origen en la estructura patriarcal de la sociedad. Pero, ¿qué más podemos hacer?
Las cifras que manejamos no dan tregua: solo entre enero y octubre de este año 3.205 mujeres han sido víctimas de las diferentes manifestaciones de la violencia de género. En su mayoría han sido víctimas de violencia ejercida por parte de su pareja o expareja.
Estamos haciendo un gran esfuerzo, sí, pero aún debemos abordar el problema desde un punto de vista fundamental. Tenemos que dar un mayor protagonismo a las mujeres que han sufrido esta lacra, escuchar su voz, dejar que su experiencia nos guíe y dirija, nos corrija en las acciones que vamos tomando, nos ayude a detectar los problemas y a tratar de poner las soluciones. Necesitamos conocer de primera mano no sólo sus sentimientos y emociones, sino también las preguntas que se plantean cuando están inmersas en la historia de violencia, y las respuestas a las que han llegado tras conseguir salir del círculo de la violencia.
En octubre de este mismo año, la dirección de la que soy responsable decidió poner en marcha un grupo estable de trabajo en que las protagonistas fuesen mujeres que han vivido en primera persona la lacra de la violencia ejercida por sus parejas o exparejas. Mujeres que un día se enamoraron de un hombre, o quizá, simplemente se enamoraron del amor, pero acabaron siendo víctimas de la violencia, atrapadas en ese círculo de violencia del que es tan difícil salir, atrapadas por el miedo, la vergüenza y el desconcierto.
Las vivencias de todas estas mujeres nos permitirán desarrollar líneas de actuación que implementen mejoras en las políticas que se van marcando y las cambien, si hace falta. Creemos que el trabajo de este grupo nos resultará de gran utilidad para detectar carencias en la prevención o intervención en la violencia contra las mujeres evaluando el mayor número posible de realidades que se presenten. Asimismo, nos permitirá impulsar que el testimonio de las mujeres esté presente en determinados ámbitos sociales como elemento muy valioso para contribuir a la prevención y la sensibilización.
Con frecuencia, las mujeres víctimas de violencia de género han sido completamente invisibles para quienes tratamos de combatir esta grave lacra social: sus vivencias y experiencias son un fiel reflejo de la magnitud del problema, y son fundamentales para acabar con los mitos y estereotipos que lo rodean. Reflexionamos con las mujeres, y en base a su experencia, los "pros" y "contras" de las medidas que con esfuerzo ponemos en marcha las Administraciones públicas; los distintos recursos, la tutela, las medidas de protección, los problemas de los y las menores, o la especial vulnerabilidad en el caso de las mujeres inmigrantes, hablamos de lo que les indigna, lo que agradecen y lo que les gustaría que fuese o que hubiese sido. Queremos elevar al máximo rango estas medidas y mejoras y por ello hemos asumido el compromiso de sacar adelante una ley para combatir la violencia machista que ofrezca una visión global y completa de la lucha contra esta violencia eliminando las diferencias entre mujeres víctimas dependiendo de la manifestación de la violencia de género que hayan sufrido. Una ley que consiga mejorar y dar eficacia a la coordinación sistémica, dinamizar el trabajo conjunto de los sistemas y sobre todo, contar con la opinión y experiencia de las mujeres víctimas para mejorar la intervención con ellas.
Quiero dar las gracias a todas las mujeres que están participando en estos grupos por su generosidad y valentía. Por confiar en nosotras, contarnos su historia, y responder sin trabas a nuestro llamamiento haciendo un terrible esfuerzo y abriendo heridas en muchos casos cerradas hace ya algún tiempo, para contarnos su experiencia. Soy incapaz de expresar con palabras la emoción que se siente al escucharlas, al comprobar la fuerza y valentía que demuestran, las ganas de superación y el compromiso que han decidido adquirir para ayudar a que cada vez más mujeres emprendan el camino hacia una vida nueva y libre de violencia. Sirvan estas líneas de homenaje y agradecimiento. Eskerrik asko a todas.
Mariola Serrano es directora de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género del Gobierno vasco.
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