"El problema de las órdenes de alejamiento es el tipo de violencia"
María Silvestre considera, en el Día Internacional contra la violencia contra las mujeres, que esta lacra se puede erradicar, pero reconoce que hay mejoras que realizar y peligros en la juventud que afrontar. Ahora que el terrorismo de ETA ha terminado, reivindica la necesidad de hacer ver a la sociedad un hecho: "Realmente no teníamos un único problema".
Pregunta. En el primer semestre ha habido 1.800 casos de violencia de género de parejas o exparejas, el nivel más altos desde 2002.
Respuesta. Tenemos que valorar que hasta hace poco no hemos empezado a contar, y que ahora cada vez hay más mujeres que denuncian.
P. ¿Si los datos no nos sirven en ese sentido, cree que esta violencia se está reduciendo?
"Puede hablarse de terrorismo de género para fijar un paralelismo con ETA"
"Los jóvenes reproducen roles sexistas de hace 50 años"
"La medición de riesgo policial tiene que ser un informe clave para el juez"
"Las medidas policiales victimizan doblemente y estigmatizan"
R. Tampoco. Es difícil hacer esta valoración. Diría que no ha habido un incremento, aunque sí una mayor visibilización de un problema estructural, cultural y que tiene su raíz en la desigualdad entre mujeres y hombres.
P. ¿Si es estructural, hay alguna posibilidad que las estadísticas bajen a cero?
R. A veces suelo decir "menos mal que ponemos a cero las estadísticas en enero", porque si hiciéramos un suma y sigue el dato es terrible, son cientos de mujeres asesinadas. Para terminar con los asesinatos tenemos que acabar con la desigualdad; al asesinato no se llega de la noche a la mañana, sino después de que se haya sufrido mucho tiempo.
P. ¿Cuánto se tardará en erradicar esta violencia?
R. Se puede hacer, aunque no me atrevo a poner una fecha. Si fuera una cuestión de tiempo, hace mucho que tendríamos indicadores que apuntaran a una mayor paridad, y no es así. Avanzamos poco a poco, pero en el contexto de crisis en Europa nos encontramos con el espejismo de la igualdad y con medidas de contención más que en políticas proactivas de igualdad.
P. El último crimen se produjo en agosto. ¿Cree la comisión de seguimiento interinstitucional que funcionó la protección?
R. No buscamos prejuzgar a las instituciones. La principal razón es analizar un caso de muerte con el fin de ver qué ha ocurrido. Establecer mecanismos para prevenir es el objetivo. La comisión aprobó a principios de noviembre una propuesta para crear un grupo de trabajo cada vez que haya una muerte, compuesto por los entes implicados, la Dirección de Atención a las Víctimas, la Fiscalía, el municipio y la policía, que realice un informe. Además, hay temas sobre la mesa: abordar la protección para evitar la doble victimización, decidir qué medidas implantar y cuáles no, y actuar de alguna manera sobre el agresor.
P. Hay voces, incluso partidos, que piden escoltar al agresor en vez de a la víctima.
R. Eso no se puede hacer. Atenta contra principios básicos de la democracia y el Estado de Derecho. Pero sí se pueden hacer otras cosas. Por ejemplo, la medición del riesgo que se realiza tiene que ser exquisita y debe ser uno de los informes que el juez del caso tenga en consideración, que sea lo que condicione de forma determinante qué tipo de medidas implementar judicialmente. Si condiciona medidas de protección, habremos avanzado muchísimo. Pero hay que generalizarlo.
P. ¿No está generalizado ya?
R. No sé el grado de influencia de la medición del riesgo del ámbito policial sobre las medidas de protección dictadas por los jueces.
P. Los jueces dictan órdenes de alejamiento y muchas se quebrantan. Ocurrió en el último caso. ¿Son útiles estas medidas?
R. Sí. Las medidas policiales que trabajen para garantizar el cumplimiento de las órdenes van a permitir prevenir situaciones de maltrato o asesinatos.
P. Pero ha sido necesario que más de 100 agentes se dediquen a la contravigilancia para que sean útiles. ¿No debieran ser disuasorias por sí mismas?
R. El problema de las órdenes, sin culpabilizar a las partes, es la propia naturaleza de la violencia de género. Es el ciclo de violencia: la mujer está inmersa en un ciclo de violencia que ha minado su autoestima y le ha generado una dependencia psicológica e incluso económica. Hay periodos de gran agresividad en que la mujer quiere terminar con la relación; también hay periodos de arrepentimiento del agresor y de perdón de la víctima. Esto explica que una mujer maltratada le abra la puerta, que le perdone. La naturaleza de la violencia lleva implícito que, en algunos casos, haya que complementar las órdenes.
P. Se critica al Gobierno por su excesiva visión policial.
R. Las medidas policiales son un tipo de medidas, pero no las únicas. Trabajar contra la violencia de género tiene que hacerse en el marco de políticas de igualdad. Las medidas policiales no son las medidas a generalizar, puesto que estigmatizan y victimizan doblemente a las mujeres. Son una medida para casos de riesgo extremo, pero aquí también podría optarse por la prisión preventiva, actuando sobre el agresor y no sobre la víctima.
P. ¿No supone esta medida una doble victimización?
R. Lo sería si se generalizara, pero no es así. Las mujeres suelen valorarlo de forma muy positiva, porque les da seguridad y ciertas garantías.
P. ¿La denuncia es la única vía para atajar esta violencia?
R. Eso es una cuestión importante. Que la denuncia es el paso para salir es indiscutible. La cuestión es si la denuncia realmente está dando la vía de salida a todas las mujeres. A muchas sí. Hay que empoderar a las mujeres para que denuncien siempre y cuando esa denuncia tenga garantías al 100% de que va a tener atención desde todos los ámbitos. Tenemos que mejorar la respuesta, el acompañamiento, la coordinación.
P. ¿Cree en otras vías?
R. Si no hay una denuncia es muy difícil que haya una respuesta institucional a la altura. La denuncia te pone la etiqueta de víctima, pero te da todos los derechos como tal. Si no hay denuncia no se activa la respuesta. ¿Cuál es la alternativa? ¿La mediación? Me da mucho miedo. Es decirle a una mujer: "Toma conciencia del problema y trata de resolverlo con tu pareja". Pero ella no tiene el problema, lo tiene él. Dar el paso de la denuncia es complicado, igual no es el momento, pero tarde o temprano tendrá que existir.
P. ¿Los agresores son recuperables?
R. Hoy por hoy, en los programas de reinserción el éxito es muy pequeño, no es un dato que le puedas dar a la mujer como opción de salida.
P. ¿Es positivo hablar de terrorismo de género?
R. La primera vez que lo oí me pareció muy fuerte y creo que no es una terminología que se deba generalizar, pero en el caso de Euskadi, que hemos sufrido el terrorismo de ETA, establecer un paralelismo entre el sufrimiento de sus víctimas con la violencia de género quizás nos acerca a hacer una interpretación de que realmente no teníamos un único problema, sino que tenemos otro no resuelto. Hemos avanzado en la definición del problema, ya no se reduce a lo privado y eso se verá el viernes [por hoy]. Solo hay que salir a la calle para verlo, pero eso no quiere decir que sea una preocupación. Solo preocupa al 2% de la ciudadanía.
P. El 40% de los agresores sexuales en el primer semestre eran menores de 30 años.
R. Por eso la campaña Beldur Barik, dirigida a jóvenes, porque existen datos reiterativos que señalan que se reproducen estereotipos sexistas y señales de maltrato. Los chicos y las chicas tienen los mismos estereotipos sexistas que había hace 50 años. Se hace una interpretación patológica de una relación, volviendo a la concepción del príncipe azul.
Multitud de convocatorias
Instituciones y ciudadanos se volcarán hoy con la jornada internacional contra la violencia de género. El Gobierno se concentrará en las escalinatas de su sede en Vitoria a mediodía. La Diputación alavesa, encabezada por su responsable, Javier de Andrés, hará lo propio en su sede. El Ayuntamiento de Bilbao leerá una declaración institucional a las 12 del mediodía. El pleno de control del Parlamento se abrirá con la lectura de una declaración institucional de su presidenta. La sede del Legislativo exhibirá en su fachada el punto lila que simboliza el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres que se conmemora el 25 de noviembre de cada año.
La Diputación de Gipuzkoa aprobó ayer una declaración institucional que censura la "estructura profundamente machista de la sociedad, que es en última instancia quien genera, reproduce y tolera dicha violencias".
Los sindicatos también han organizado actos. CC OO ha organizado un
flashmob
en la Virgen Blanca de Vitoria, donde un centenar de personas creará a las 11.30 de la mañana un gran círculo morado. LAB ha convocado una concentración frente a la Delegación de Trabajo de la capital vasca y ELA se reunirá en la plaza del Arriaga antes de mediodía. Por la tarde, a las ocho, una manifestación feminista recorrerá el centro de Bilbao. Media hora más tarde, otra marcha similar se celbrará en Vitoria. A la misma hora la sala BBK de Bilbao acogerá un concierto contra esta lacra.
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