Una técnica permite anticipar daños cerebrales en bebés

El daño cerebral que desarrollan uno de cada 10 recién nacidos resulta invisible hasta que se manifiesta a partir de los seis años, ya sin solución. Hasta ahora. Un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona ha identificado una serie de conexiones cerebrales que permiten prever la lesión en niños al año de vida, cuando el cerebro aún no ha concluido su proceso de formación. Este diagnóstico precoz permite aplicar tratamientos preventivos que evitan gran parte del impacto que causaría la lesión años después. "El cerebro se desarrolla hasta los dos años, así que abre una oportunidad para evitar el daño", detalló ayer el responsable de la investigación, Eduard Gratacós.

Estos males afectan cada año a 30.000 recién nacidos en España

Este tipo de lesiones cerebrales, habituales en los niños que padecieron retraso de crecimiento fetal durante su gestación, afecta cada año a unos 30.000 recién nacidos solo en España y más de un millón de niños en el mundo. Los efectos suelen ser entre leves y moderados pero provocan dificultades cardiovasculares, cognitivas y de aprendizaje que algunos estudios vinculan con el fracaso escolar, señaló Gratacos. Estas problemáticas podrían evitarse con una estimulación cerebral en los primeros años de vida, pero las pruebas de detección actuales, como las resonancias magnéticas o ecografías, resultan insuficientes para detectar la lesión a tiempo.

El nuevo sistema, financiado por la Obra Social La Caixa con 1,2 millones de euros, se ha desarrollado a partir del estudio de las conexiones cerebrales por resonancia magnética en niños de un año de vida. El equipo médico ha empleado estas técnicas para trazar los nexos cerebrales de los bebés. Luego identificaron grupos de sinapsis neuronales que eran diferentes en los niños que sufrieron retraso de crecimiento fetal respecto al resto de bebés gestados con normalidad, hasta demostrar que las distintas conexiones permiten predecir resultados anómalos en las pruebas de neurodesarrollo que realizan a partir de los dos años de vida. "A partir del primer año de edad, podemos prever si el niño padece riesgo de lesión y si requiere estímulos cerebrales", señaló Gratacós.

El equipo médico pretende seguir explotando los resultados de esta investigación para ampliar la posibilidad de estos diagnósticos precoces. "En pocos años dispondremos de marcadores mejores y más fiables", señaló Gratacós. Estos permitirán evaluar y mejorar los tratamientos que eviten daños en el desarrollo cerebral de los niños que sufrieron problemas fetales. Pero también ir más allá, como la detección precoz de otros problemas del embarazo, especialmente la prematuridad y las principales enfermedades fetales.