Desconvocada la huelga de limpieza en los colegios de Jerez
Centenares de niños no han asistido a clase tras cuatro días de paros
Un pago de 290.000 euros permitió desconvocar en la tarde de ayer la huelga de limpieza que se inició el martes en los 47 colegios públicos de infantil y primaria de Jerez. La transferencia bancaria ordenada por la mañana desde el Ayuntamiento sirvió para poner fin a unos paros que han afectado a 15.000 niños de entre 3 y 12 años y que han dejado sin clase a centenares de ellos por la suciedad que acumularon los centros.
La alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo (PP), anunció el pago a media mañana y a las 16.30 las trabajadoras de la adjudicataria municipal Limasa, tras comprobar que les habían ingresado los salarios atrasados, se incorporaron a sus puestos. Es la segunda huelga de escobas en los colegios en menos de tres semanas.
En la zona rural de Jerez, en el colegio de la pedanía de La Barca, los 460 alumnos no entraron en clase. "Es un problema de salud. Ya hay casos de niñas con infecciones por la suciedad de los baños", denunció una portavoz de la Ampa.
En el Jerez urbano, las cosas no pintaban mejor. La falta de asistencia entre los niños de primaria no fue tan clamorosa como en infantil. En algunas escuelas llegó a faltar el 50% de los alumnos y en otras hubo estampida general cinco minutos después de la hora de llegada.
El estado de los colegios era desigual. Los desechos aumentaban en función del número de alumnos y de la cantidad de espacios de arena de cada instalación. En un centro medio, en un simple vistazo, papeleras llenas, suelos sucios, accesos embarrados y cuartos de baño con orines y excrementos en los retretes era la estampa común.
La de ayer fue una jornada difícil. Los padres improvisaban asambleas en los accesos de los colegios para consensuar un plante en las aulas. Mientras, en la puerta del Ayuntamiento de Jerez las 140 trabajadoras de Limasa exigían lo mismo que reclaman cada mes desde hace dos años: cobrar los salarios. "Esta es la única manera que entienden", protestaba la presidenta del comité, Inma Barea: "Hasta que no nos plantamos, no nos pagan".
Dentro del Consistorio se sucedían las reuniones. El gobierno municipal había cerrado otra operación de crédito, esta vez con el Santander, por 1,5 millones. Con ese monto se terminaban de pagar los salarios de los 2.500 trabajadores municipales, se afrontaban los 260.000 euros mensuales de fallos judiciales y se libraban los 290.000 euros para abonar los salarios de octubre de las empleadas de la limpieza.
Sin embargo, solo es una tregua. La plantilla de la atención municipal a domicilio se encadenó ayer ante la fachada de un céntrico templo para pedir el salario de octubre; y en solo 12 días el gobierno local debe buscar otros 10 millones para afrontar las nóminas de noviembre.
La alcaldesa Pelayo enmarcó ayer la huelga en la caótica situación financiera del Ayuntamiento y reiteró la necesidad de aplicar "al milímetro" un plan de ajuste "que no es plato de buen gusto". Como nueva medida de austeridad, anunció el adelgazamiento de la estructura municipal en un 40%. El Consistorio pasará de tener 128 directivos a 78.
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