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La red de cineclubes, en riesgo por "incompetencia"

Las 22 asociaciones culturales que forman la Federación de Cineclubes de Galicia se reunieron hace una semana en Ourense con sus colegas catalanes y portugueses. Antes del cónclave enviaron un comunicado, casi a modo de SOS: "Los cineclubes pueden desaparecer por la incompetencia e ignorancia en la política audiovisual de la Xunta de Galicia".

La situación de los actores que palían el monopolio del cine comercial y las grandes distribuidoras en la mayoría de las villas de Galicia -en O Barco, Chantada o Goián su oferta es, además, la única forma de ver cine fuera de casa- es crítica. "Se pasó de hablar de la 'importancia capital de la cultura cinematográfica' [frase de Feijóo en 2009, cuando el audiovisual era "sector estratégico"] a comunicarnos, por medio de una funcionaria, que este año 'es difícil, hay mucha crisis', y por tanto no hay presupuesto".

De los 60.000 euros con que la Xunta apoyaba el cineclubismo durante la primera época del bipartito, se pasó a 24.000 euros in extremis en 2010. La excusa de la crisis no les vale, "si tenemos en cuenta que en diez meses nadie supo de ella, y ahora vale como argucia", critica el presidente de la federación y secretario del Cineclube Padre Feijóo de Ourense, Manuel Precedo. A medida que se agudiza el marasmo en el sector, se cronifican los problemas para encontrar interlocución política en algún despacho de la Xunta. A la reunión de los cineclubes, al final, se acercaron por separado el gerente de Industrias Culturais, Juan Carlos Fasero, y el responsable del Consorcio Audiovisual -el organismo que según Presidencia debía regir el sector aún no tiene asignación propia-, Anxo Quintanilla. De Fasero llegó la promesa de posponer para 2012 el pago de los 24.000 euros de este año.

Precedo critica el abandono de redes de exhibición alternativa ya existentes y otra de las pendencias del sector, la divulgación de obra por parte del Centro Galego de Artes da Imaxe. "Lo pagamos todos los gallegos, pero sólo programa en A Coruña". El trabajo de la federación, no remunerado, se sustancia en 559 proyecciones durante los dos últimos años, 181 en gallego. El público aproximado, 58.000 personas, no incluye los espectadores de las plazas públicas en verano. Aquí se recuerda el periplo de películas gallegas como Crebinsky para acceder a salas comerciales. Se acabó proyectando en el auditorio ourensano sin apenas publicidad por falta de sala comercial, con la promoción a cargo del Padre Feijóo. "Si las películas se filman, se subvencionan y se abandona cualquier apoyo posterior, por mínimo que sea, dónde se van a ver?", pregunta.

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