El 'tijeretazo' que no cesa
El Gobierno de Mas ha parado obras de hospitales y cerrado plantas y centros - Las listas de espera quirúrgicas han crecido un 23% en seis meses
El Gobierno de Artur Mas se estrenó a primeros de año con un consejero de Salud, Boi Ruiz, que de 1994 a 2007 había sido director general de la Unión Catalana de Hospitales y desde 2007 hasta entrar en política presidió esa organización, la patronal de los hospitales privados. El presagio no era halagüeño, pero la realidad lo ha superado porque en poco más de 10 meses la Generalitat ha aplicado sucesivos recortes en las prestaciones de la sanidad pública.
El argumento es la necesidad de reducir el déficit público que dejó el tripartito y ahorrar cerca de mil millones de euros al año (un 10% del presupuesto del departamento). Esas decisiones han provocado un enorme rechazo en amplios sectores de la sociedad catalana y en los profesionales del sector. 16.500 médicos de los 492 centros públicos y concertados de Cataluña irán a la huelga los próximos días 15 y 16. Este es el relato de casi un año de crispación y tijeretazos.
- Obras paralizadas. A primeros del mes de febrero, la Generalitat anunció que dejaba en suspenso la construcción o mejora de siete hospitales proyectados por el tripartito y que paralizaba las reformas en otros siete centros. Entre los centros afectados estaban el hospital de Bellvitge, el Germans Trias i Pujol de Badalona, el de Vall d'Hebron y el Joan XXIII de Tarragona, hospitales de referencia en la sanidad catalana. Por esas mismas fechas trascendió que los recortes en Salud también iban a suponer el retraso o paralización de las obras ya iniciadas de 44 de los 77 ambulatorios. En algunos casos se trataba de equipamientos que se levantaban en solares cedidos por los Ayuntamientos hacía hasta cinco años y que eran muy reclamados.
- Sin derecho a operarse en seis meses. El tripartito reconoció por ley en 2007 el derecho de los ciudadanos a ser operado en un máximo de seis meses en las 14 intervenciones más comunes y con más repercusiones para su calidad de vida. Entre ellas, las prótesis de cadera, cataratas, hernias, astroscopias, así como operaciones de colon y de próstata. A finales de julio se derogó ese derecho y solo se han mantenido los plazos para cuatro operaciones: tres sobre afectaciones coronarias y otra referente a hernia lumbar.
- Cierre de plantas, quirófanos y centros de salud. Se empezó por cerrar una planta y quirófanos en el hospital de Sant Pau de Barcelona y en otros centros, pero el recorte culminó en el mes de agosto, cuando se clausuraron 40 centros de asistencia primaria en toda Cataluña, casi el 11% del total, así como la mitad de las UCI de Vall d'Hebron y Bellvitge. Con el mismo fin de ahorrar otros 77 millones, la Generalitat acordó cerrar cinco días hasta Navidad los ocho grandes centros del Instituto Catalán de la Salud. Eso implica que si el usuario acude al hospital, solo podrá ser atendido en urgencias, pues esos días no se realizarán intervenciones, ni consultas externas ni atención a los usuarios. La medida se extenderá al año próximo con la misma finalidad ahorradora.
- Listas de espera. Probablemente es el efecto más visible de los recortes. En solo seis meses, de enero a junio de este año, han aumentado en 13.297 personas los pacientes que están en lista de espera para ser intervenidos. Al iniciarse el año eran 56.670 y el 1 de julio ascendían a 69.967. El aumento es del 23% y supone volver a los niveles de junio de 2004, cuando empezó a gobernar la izquierda en la Generalitat y aplicó un plan de choque. La demora pasará este año de 5,3 meses de espera media que se registró en 2010 a ocho meses.
Por si esto no fuera poco, el consejero Boi Ruiz anunció al conocerse estos datos que el retraso aún sería mayor en los próximos meses. Un exceso verbal más, como el que protagonizó hace apenas unos días, al afirmar que la salud era responsabilidad de los ciudadanos y no solo de las Administraciones.
- Privatización. Con el fin de hacer caja y en una operación sin precedentes, la Generalitat ha anunciado que venderá siete hospitales para ingresar unos 4.000 millones de euros y luego los alquilará al comprador. Además, un documento interno de Salud propone crear una veintena de empresas con afán de lucro.
- Protestas en la calle. En poco menos de tres meses, los recortes de Mas ya habían irritado al personal sanitario. 22.000 personas se manifestaron contra los recortes el 14 de abril y otras 45.000 volvieron a salir a la calle justo un mes después.
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