El centro Príncipe Felipe negocia su futuro en pleno desgobierno
Las conversaciones del ERE se celebran sin director general ni científico
Sin director general, sin dirección ni comité científico y con un gerente que delega en un despacho de abogados, el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia se está jugando estos días su futuro en una situación de desgobierno.
Los representantes de los trabajadores y de la dirección del centro se encuentran en pleno proceso de negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) que debe fijar el número de trabajadores que finalmente se despiden (la propuesta del patronato del CIPF era de 108 de 260) y las líneas de investigación que desaparecen. Tras la original protesta de los trabajadores celebrada ayer, con lanzamiento de zapatillas incluido, hoy está prevista una nueva reunión. El próximo día 18 finaliza el plazo de las conversaciones.
'Nature' ha abordado la crisis por la que atraviesa el centro valenciano
A partir de entonces, la institución tendrá que plantear su propuesta definitiva de despidos. Este documento fijará las condiciones de viabilidad del centro, a pesar de que los trabajadores ya han manifestado que de salir adelante el ERE en las condiciones propuestas, el Príncipe Felipe deberá renunciar a la aspiración con la que nació de convertirse en un centro de referencia en la investigación biomédica en España. La magnitud de la crisis del CIPF es tal que incluso la revista científica Nature ha abordado el delicado trance por el que atraviesa el centro.
Pese a la trascendencia del momento, la institución carece de dirección general. Hace unas semanas, el PP premió al máximo responsable del centro desde su inauguración, Rubén Moreno, -al que cargan desde ámbitos científicos de buena parte de la responsabilidad de la profunda crisis del CIPF- con una plaza en la candidatura para el Congreso de los Diputados en las próximas elecciones. Tampoco hay director, ni comité científico, después de que dimitieran en septiembre -el responsable era Carlos Simón- por los recortes a los que se sometió al centro. La Generalitat ha reducido en dos años un 50% su presupuesto hasta dejarlo en 4,6 millones de euros este año.
El patronato del CIPF, controlado por la Generalitat, eligió en lugar de Simón a Vicente Felipo para dirigir el área científica, pero el relevo aún no se ha producido. Y no tendrá lugar hasta finalizar el ERE, "para no interferir en la negociación", según la dirección del centro.
En este escenario, el gerente económico es el máximo responsable. Pero a las negociaciones con los representantes sindicales, solo acuden el jefe de recursos humanos, la jefa de administración y un abogado de un despacho externo contratado por el centro.
Conclusión: "No existe ningún científico que avale las propuestas que presenta el centro en su plan de despidos", según indica el presidente del comité de empresa, Rafael Pulido. "Existe un vacío de poder en todo lo relacionado con las cuestiones científicas", señala, mientras se debate el porvenir del mayor centro de investigación de Valencia.
Fuentes de la dirección del centro sostienen que los criterios de selección de los grupos de investigación planteados en el ERE se basaron en argumentos científicos. "En estos momentos, las cuestiones en negociación se refieren estrictamente al plano laboral y económico".
ZAPATOS CONTRA ROSADO
La idea consistía en lanzar zapatos a las paredes de la dirección del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia contra el plan de despidos. Pero como era un acto "un tanto agresivo", los trabajadores del centro optaron ayer por tirarlos (muchos de ellos fotocopiados, como se ve en la foto) contra un cerdito en el que se podía leer: "soy rosado". El consejero de Sanidad es Luis Rosado.
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