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Un muerto bajo la tromba

Hallado en Irún el cadáver de un hombre de 77 años arrastrado por la riada - Interior y los municipios afectados deciden pedir ayudas al Gobierno central

El fortísimo temporal de lluvias registrado el fin de semana en Gipuzkoa se cobró la vida de una persona de 77 años en Irún, además de miles de damnificados y numerosos daños materiales que llevaron a la Departamento de Interior y a los ayuntamientos afectados a solicitar ayudas al Gobierno central para compensar los daños sufridos. No se recordaba una tormenta tan virulenta y unas inundaciones semejantes desde las registradas en Euskadi en 1983.

El episodio más trágico de este temporal fue la muerte de una persona de 77 años, que permanecía desaparecida desde el domingo cuando se dirigió a una zona de huertas del barrio Ventas de Irún. Tras muchas horas de rastreo, los equipos de rescate pudieron hallar el cadáver de este hombre. El cuerpo sin vida se encontraba flotando en un arroyo a la altura del campo de fútbol de la ikastola Txingudi, en Jaizubia (Irún), informó el Departamento de Interior. Al parecer, el río Bidasoa le arrastró cuando se encontraba en su huerta. Aún queda otra persona desaparecida el pasado sábado en Derio.

El Ayuntamiento de San Sebastián cifra en 2.500 el número de afectados
Interior desactiva la alerta ante la previsión de que remita el temporal
"Dolor. Lágrimas'. Con esto tengo para escribir 'blues' de aquí a 10 años"
"El agua nos llegaba literalmente al cuello", explica una vecina
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Al día siguiente de las inundaciones, los vecinos afectados se afanaban en las labores de limpieza con agua a presión, rastrillos y escobas. En algunos puntos de Astigarraga y del barrio donostiarra de Martutene aún era necesario el uso de embarcaciones fueraborda para que algunos afectados pudieran acceder a los bajos que habían quedado completamente anegados. Aunque fue en la zona de Tolosaldea donde se contabilizó la mayor tromba de agua -330 litros por metro cuadrado-, los principales daños se originaron por la riada de la cuenca del Urumea, afectando principalmente a las localidades de Hernani y Astigarraga y a los barrios de Martutene y Loiola, ambos en San Sebastián. Los numerosos daños ocasionados por el río Oria fueron visibles en Usurbil, Lasarte-Oria, Andoain, Zizurkil, Billabona, Tolosa y Lizartza. y el desbordamiento del río Bidasoa afectó a Irún y Hondarribia.

En la reunión que mantuvieron Interior, la Diputación y Guipuzkoa y representantes de las localidades afectadas -estaban convocados 22 ayuntamientos-, estudiaron la posibilidad de que el Gobierno vasco y la institución foral complementen las ayudas que se van a solicitar al Ejecutivo central con fondos especiales. Una medida al margen de las reclamaciones que cada afectado exija a su seguro.

"¿Dónde tengo que ir para reclamar?", la pregunta se repetía cada vez que se abría la puerta del Centro Cultural de Loiola, donde el Ayuntamiento instaló ayer un punto de información para los damnificados. "Dolor, lágrimas. Soy músico y con esto tengo para escribir blues de aquí a 10 años, eso sí, cuando tenga fuerzas, empezaré", Iñaki, uno de los vecinos afectados por el temporal mezclaba en sus palabras la impotencia y la resignación. "Al principio ha habido mucho mosqueo, cabreo, pero luego la cosa se ha ido serenando", contaba uno de los empleados del Centro, apostado en la recepción del mismo, convertido por una tarde en una especie de mediador entre la administración, las aseguradoras y los damnificados, o simplemente en un par de orejas ante las que poder descargar la rabia y las quejas.

Interior decidió levantar por la tarde el plan especial de inundaciones y la alerta tras bajar los cauces de los ríos y volver a una situación de "relativa normalidad". La previsión para los próximos días es de tiempo soleado.

El alcalde de la capital guipuzcoana, Juan Karlos Izagirre, quiso enviar un mensaje de "tranquilidad" a la población porque "lo peor ya ha pasado", dijo en una comparecencia de urgencia. Dio cuenta de que las inundaciones afectaron a unas 2.400 personas, por lo que el consistorio tuvo que poner a disposición de estas personas un punto de información en la casa de cultura de Loiola y el teléfono 010 para atender consultas y reclamaciones. Izagirre destacó la magnitud de las precipitaciones, que ocasionó situaciones similares a las vividas en las fuertes inundaciones de 1983, según recordó el regidor.

"Ha sido un temporal histórico", dijo en la misma línea el viceconsejero de Interior, Raúl Fernández, que estuvo al frente del operativo de emergencia que puso en marcha el Gobierno vasco. En poco más de dos días llovió más que en una semana completa. Para la presa de Añarbe, que abastece a San Sebastián y todos los municipios de su entorno, la descarga de agua no tiene precedentes. En apenas 56 horas este embalse retuvo 10 millones de metros cúbicos de agua como consecuencia los 308 litros por metro cuadrado caídos durante este corto periodo de tiempo. El Añarbe tuvo que cerrar sus compuertas para que el Urumea no aumentara más su nivel.

Más de un centenar de personas tuvieron que ser evacuadas y, de estas, una treintena tuvieron que realojarse provisionalmente en pisos municipales de los servicios sociales, en un albergue de la Cruz Roja y en el polideportivo Gasca, aunque a media tarde ya había logrado abandonar estos lugares. Astigarraga también tuvo que improvisar un campamento en el frontón para acoger a unas familias rumanas.

Ayer fue un día para evaluar los daños y comprobar que la virulencia de la riada tuvo, en algún caso, efectos devastadores: "Hemos perdido todo lo que teníamos. El agua nos llegaba literalmente al cuello", explicó una vecina angustiada de Martutene. En este barrio se quejaban de la tardanza de las instituciones en abordar de una vez el encauzamiento del río Urumea, un proyecto que el Gobierno vasco tiene entre manos desde hace más de una década.

La tormenta además dejó sin luz a 5.400 usuarios en Gipuzkoa, aunque el servicio se recuperó paulatinamente a lo largo del día. El agua también provocó cortes en las carreteras N-634 entre Zarautz y Getaria y a la altura de Deba. Tampoco se pudo circular en el enlace de la variante de San Sebastián y la N-I, cerca de Aritzeta.

Vecinos de Martutene afectados por las inundaciones ponen a salvo sus pertenencias.
Vecinos de Martutene afectados por las inundaciones ponen a salvo sus pertenencias.JUAN HERRERO (EFE)

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