Nadie se acuerda de Zapatero
A Rubalcaba no le gustan mucho los mítines de masas porque se azora en situaciones de alta temperatura emocional. Como antiguo profesor de química, prefiere el formato de un aula. Desde esta inclinación personal, ha desarrollado una precampaña que según la última encuesta del CIS puede conducir al PSOE a su peor resultado histórico. Es hora pues de tocar a rebato y sacar a todas sus estrellas. Ningún escenario más propicio que Dos Hermanas, una de las pocas ciudades andaluzas que permanece fiel a los socialistas. Como compañeros de alternativa, los dos maestros sevillanos Felipe González y Alfonso Guerra, que no compartían cartel desde hace más de quince años.
A dos semanas de las elecciones, el PSOE pone fin al pequeño formato y decide pasar al ataque, en consonancia con su lema de campaña. Guerra, que espera ratificar el 20-N en Sevilla los diez triunfos que ha encadenado desde 1977, no rehúye el tremendismo verbal para encender a una audiencia entregada. Ni tampoco una cuestión políticamente incorrecta: "Esta es la primera campaña sin ETA. ¿Por qué la derecha no habla de eso?" Sin citar nominalmente a Zapatero, destaca que este Gobierno empezó retirando las tropas de Irak y acaba con la derrota de ETA, aunque es cierto que "en medio ocurrieron algunas cosas". Una primera cita de Jefferson: "Las entidades financieras son más peligrosas para la democracia que un ejército". Y cierre con Pitágoras: "Si educamos hoy a los niños, no tendremos que castigar mañana a los hombres".
Alfonso Guerra no rehúye el tremendismo verbal para encender a una audiencia entregada Felipe González opta por una faena más clásica, aunque no menos dura con el adversario
Felipe González opta por una faena más clásica, de tono pedagógico, aunque no menos dura con el adversario. Marca dos líneas rojas, la sanidad y la educación públicas, que si se universalizaron a mediados de los 80, cuando España tenía una renta per cápita de 5.000 dólares, no pueden ser insostenibles hoy con riqueza seis veces mayor. Como ya dejó escrito en su estudio sobre perspectivas europeas, hace dos años, sostiene que la obsesión por el endeudamiento está asfixiando el crecimiento, y si no se crece tampoco se pagan las deudas. "Les he pedido a los sindicatos que pongan sobre la mesa el aumento de productividad, porque eso permitirá mantener la educación y la sanidad", dos sectores que permiten acumular un capital humano de alta cualificación. Y cierra su faena no sin antes señalar que nuestro país ha perdido competitividad y necesita esforzarse para no perder el tren de la sociedad del conocimiento.
El cierre de Rubalcaba ha sido un prolongado capítulo de agradecimientos a sus dos teloneros ("no es fácil cantar después de los Beatles"), con mención especial a un Felipe González que presidió los Gobiernos que ampliaron la educación obligatoria a los 16 años y universalizaron la sanidad pública, las dos líneas rojas de su programa. "Y lo hicimos sin ellos". El candidato socialista repite que para combatir la anemia de la economía y crear empleo recurrirá a la inversión pública, y para ello pedirá sacrificios fiscales a las grandes fortunas y a los bancos.
Ninguna mención a Zapatero. Por parte de nadie.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.