Ciencia y gestión responsables
Tras los primeros momentos de prisas, de vuelos urgentes, y de horas de análisis de datos, tenemos unos minutos para analizar qué está pasando en El Hierro. Me planteo dar detalles de quién es quién en esta situación. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) tiene la competencia de la red de vigilancia y está implementándola con gran profesionalidad en todas las Islas Canarias. Resultado de ello es la rapidez con la que, siguiendo los protocolos perfectamente establecidos en el Pevolca (Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias, donde participan más de una docena de instituciones de la Administración General del Estado y de la Comunidad de Canarias), ha ido proponiendo medidas de prevención que se han ejecutado desde que el incremento de la actividad sísmica hizo prever una erupción. Desde el primer movimiento sísmico, el 17 de julio de 2011, el equipo de expertos ha seguido en tiempo real las señales anómalas que se producían en El Hierro.
La confusión, imagino, viene de pensar que todo el que habla, a veces sin la responsabilidad necesaria, puede tener la razón. Los que hacemos ciencia sabemos que el trabajo de los investigadores es analizar los hechos, asesorar a las autoridades competentes y realizar una gestión responsable de la información y de los acontecimientos.
Mientras que el IGN es el responsable de la vigilancia y alerta volcánica, la valoración científica de esa información y la formulación de pronósticos sobre el riesgo corresponde a un grupo de trabajo IGN-CSIC. Así, junto al IGN, los científicos del Consejo han estado trabajando en turnos día y noche, para ayudar en la interpretación de las señales sísmicas e informar en todas las reuniones del Pevolca.
De hecho, la colaboración IGN-CSIC para el estudio del riesgo volcánico se inició ya en 2005 y se amplió en 2008 y 2010 con la firma de otros acuerdos y con la incorporación de otro organismo, el Instituto Geológico y Minero de España.
Es muy importante que la sociedad sepa que las predicciones de este grupo se han cumplido. Anunciaron dónde y cuándo se acabaría produciendo el volcán, actualmente submarino, y ayudaron a los organismos responsables de la protección civil para que prepararan los efectivos que han estado y siguen estando activados por si es necesaria su ayuda. Estamos muy orgullosos de la profesionalidad de nuestros científicos y técnicos y de la coordinación previa y actual entre instituciones científicas.
Respecto a la actuación de barcos oceanográficos, es necesario recordar que las señales sísmicas fueron migrando tanto en intensidad como en localización hacia puntos fuera de la vertical de la isla, señalando que podía ocurrir una erupción submarina pocos días antes de que ésta se produjera. El trabajo que ahora está haciendo el barco del Instituto Español de Oceanografía es importante. Este buque ha acelerado su puesta en operación y, de hecho, ha confirmado con imágenes lo que los investigadores ya habían adelantado en sus análisis. Eso sí, su ausencia las semanas anteriores no ha afectado en nada a la predicción de la fecha y tipología de la erupción, realizada por el IGN-CSIC. Los expertos, en permanente comunicación con los responsables políticos del Estado y de la Comunidad Autónoma de Canarias, han seguido siempre los protocolos que delimitan quienes deben dar los datos y quienes han de decidir las actuaciones de protección.
No obstante, vista la confusión, es necesario recordar a la población que los sistemas de vigilancia han funcionado y que funcionarán aún mejor con la puesta en marcha de un gran proyecto de investigación sobre vulcanología en las Islas Canarias. En esta iniciativa deben participar todos los que pueden ayudar a aumentar aún más el conocimiento de estos fenómenos, incluyendo los parámetros de propagación de las ondas sísmicas, los fenómenos geológicos y químicos asociados a estadios pre- eruptivos y los modelos predictivos. En este sentido, el CSIC organizará en las próximas semanas un workshop científico en el que se presentarán los datos disponibles y en el que toda la comunidad interesada podrá debatir todo tipo de medidas a afrontar a corto, medio y largo plazo.
Lo bueno, como se puede leer en estas líneas, es que en materia científica, en calidad de fuentes expertas y en facilitar que los mejores investigadores ayuden y se coordinen, ya tenemos probada experiencia, ampliamente contrastada en la comunidad científica internacional.
Rafael Rodrigo es presidente del CSIC.
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