Las deducciones fiscales reducen en 6.000 millones los ingresos para 2012
Los expertos creen que unos mil millones podrían ser recuperados y reorientados

Las deducciones fiscales, los incentivos a los contribuyentes que las tres haciendas forales y el Gobierno central han ido diseñando progresivamente a lo largo de los años de bonanza económica, como una manera de incentivar la actividad, bonificar a las rentas más bajas, o reequilibrar el sistema recaudatorio, ahora contribuyen a su desequilibrio. Prácticamente el mismo esquema de deducciones, exenciones e incentivos que estaban plenamente vigentes hasta 2007, cuando los crecimientos de la economía superaban el 4%, y la recaudación crecía en torno al 10% en algunos impuestos, ahora lastran su potencialidad recaudadora.
El denominado gasto fiscal presupuestado por el Gobierno vasco para 2012, en función de las previsiones de las tres Diputaciones, es decir el dinero que las haciendas dejarán de ingresar por toda clase de deducciones e incentivos orientados al logro de determinados objetivos políticos y económicos, alcanzará al 33,7% de su potencialidad recaudatoria, más de 6.000 millones de euros, de los que la mitad son atribuibles a los impuestos concertados de normativa autónoma como el IRPF, Sociedades, y Transmisiones Patrimoniales.
De los 6.541 millones del IRPF solo se llegan a recaudar 4.448
El impuesto que más premia a sus usuarios es el de Sociedades
Aburto cree que es posible un acuerdo que mantenga la armonización
En un contexto de ajuste de los gastos, de unos ingresos tributarios similares a los de 2006, y de una caída de la actividad y del mercado que en el último año está haciendo crecer el paro, incluso algo más que en el resto de España -el 8,7% de incremento hasta septiembre en Euskadi, frente al 5,2%-, el vigente sistema de deducciones actúa más como un lastre que como un elemento de política económica que genere beneficios.
Aunque no está en manos de las Diputaciones la recuperación de todo ese dinero, porque algunos de los impuestos están armonizados en la UE casi en su totalidad, como el IVA, los expertos creen que sí habría margen en Sociedades y en IRPF como para recuperar y reorientar hacia políticas más volcadas en la creación de empleo en torno a mil millones de euros.
Si la lucha coordinada entre administraciones contra el fraude fiscal, -que podría devolver a las arcas públicas en torno a 2.000 millones de euros- es el objetivo prioritario que quiere impulsar el Ejecutivo para aumentar la recaudación, el segundo sería la revisión de todas esas deducciones que emanan de la capacidad normativa foral para adaptarlas a una nueva situación económica y social en la que el empleo es prioritario.
La dimensión económica de los beneficios fiscales -gasto fiscal para quien recauda- cobra una relevancia especial ya que en tres años de crisis apenas sí se ha reducido frente a la caída de los ingresos. Si en 2010 representaba el 34,4% del total de lo que se podría recaudar en las tres haciendas, en 2012 sólo ha bajado un 1%, hasta el 33,7%.
Se trata de una merma del ingreso tributario de 6.011,5 millones de euros, más de la mitad de todo el presupuesto del Gobierno vasco para 2012, tal y como figura inicialmente en el proyecto que ya ha iniciado el trámite parlamentario, en 10.449,167 millones.
Prácticamente la mitad de esos 6.011 que supone el gasto fiscal son atribuibles al IVA, (3.126,9 millones) mientras que los restantes se los reparten, por orden de cantidad el IRPF, cuyos beneficios fiscales restan a la recaudación 2.093,1 millones para 2012, seguido del de Sociedades que bonifica a las firmas con 434,8 millones, y ya después, los impuestos especiales, con 196 millones y Transmisiones Patrimoniales con 130,2.
En el caso del IRPF, de los 6.541,2 millones que teóricamente podrían recaudarse, sólo entran a las arcas forales 4.448. El resto se pierde en bonificaciones por compra de vivienda, en exenciones hasta los 20.000 euros y otras figuras como aportaciones a planes de pensiones y otras muchas. La deducción por compra de vivienda habitual supondrá 452 millones, y por aportaciones a la previsión social 409 millones más. En total el gasto fiscal del IRPF es del 32% para 2012.
Pero el impuesto que más premia a sus usuarios es el de Sociedades, que además de tener un tipo más bajo que el del resto de España (28% frente al 30% y 24% para pymes frente al 25% de territorio común) además está mucho más bonificado que en el resto. El gasto fiscal del Impuesto de Sociedades es todavía ocho puntos superior al del resto de España, lo que significa que además de un tipo más bajo está mucho más incentivado. Los capítulos que mermarán los ingresos por Sociedades son la libertad de amortización, que estará primada con unos 57 millones y la reinversión de beneficios extraordinarios con otros 30. Las cooperativas tienen unas primas que se acercan a los 13 millones, y las pymes dejarán de ingresar 46,8 más.

Bilbao busca un pacto al margen del OCT
La Diputación Foral de Bizkaia prefiere lograr un acuerdo al margen del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) sobre la reforma fiscal que está en ciernes, y llevarlo hecho a ese foro, para evitar que, la falta de control que tiene el PNV en ese órgano, acabe por generar una indeseada desarmonización fiscal en las tres provincias.
Bilbao ha pasado de negarse en redondo a una reforma tributaria, a intentar liderar un acuerdo de las tres diputaciones que deje al Gobierno sin margen de maniobra. De momento Bilbao está manteniendo contactos con representantes de las tres diputaciones, más fluidos con los de Álava que con los de Gipuzkoa, para cerrar un "acuerdo de mínimos".
El portavoz de la institución foral, Juan María Aburto se mostró ayer esperanzado en lograr un acuerdo que todavía está lejos, al menos con Gipuzkoa, pero también con Álava, y hacerlo además antes de la reunión prevista desde hace semanas para el próximo día 17 de noviembre el Órgano de Coordinación Tributaria, presumiblemente en su sede de Vitoria.
Tras el último encuentro del OCT, el 18 de octubre, la diputación guipuzcoana anunció que continuaría con la reforma fiscal propuesta, que conlleva la recuperación del Impuesto de Patrimonio y la reforma del IRPF para las rentas más altas, entre otras cuestiones, al no ver "voluntad de acuerdo" en el resto de las instituciones forales.
El Gobierno vasco criticó, después de aquella reunión, el "inmovilismo" de Bizkaia y Álava a la hora de consensuar futuras medidas tributarias y acusó a sus máximos responsables de seguir "estrategias dilatorias" para mantener sus posiciones.
La situación no ha variado demasiado. PNV y PP están más cerca en materia tributaria mientras el Gobierno y Bildu tienen a priori mayores puntos de conexión en ese asunto.
Aburto se mostró "convencido" de que se logrará ese acuerdo que mantendrá la armonización pese a que, según dijo ayer Aburto, Gipuzkoa "ha iniciado un camino en solitario". "Ese es nuestro objetivo y si lo mantenemos es porque lo vemos posible", aseguró Aburto.
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