El Gobierno recupera su relación con la 'diáspora' tras dos años de polémica
El Ejecutivo insta a las Casas Vascas a difundir la imagen de una Euskadi en paz
"Se impone la normalidad". El Gobierno puede presumir de haber reconducido su relación con las colectividades vascas en el extranjero tras dos años salpicados de polémicas con algunas de las Euskal Etxea. La celebración, desde mañana en San Sebastián, del quinto congreso que reunirá a los representantes de las Casas Vascas en el exterior es solo una muestra de ello. "En la actualidad no hay ninguna dificultad institucional ni política con el Ejecutivo", admite, como reflejo de la sensación general, el presidente de la Federación de Instituciones Vascas de Uruguay, Miguel Asqueta, presente ayer en una reunión de varias Euskal Etxea en Gernika.
El cambio que desde su llegada a Ajuria Enea trató de plasmar el PSE en la gestión del Gobierno traspasó fronteras y afectó a la relación con los centros vascos en el extranjero. El Ejecutivo se alejó de los símbolos identitarios e impulsó su acción exterior desde el prisma de la "lealtad al Estado" y con un claro contenido económico. Una concepción que, después de tres décadas de trato ininterrumpido con el PNV, no fue bien recibida por algunos colectivos que, aunque minoritarios, consiguieron trasladar una imagen de conflicto, primero, desde Argentina y a continuación, desde Colombia.
El viaje de López a EE UU en 2010 resultó clave para recobrar la sintonía
"Somos embajadores con ETA o sin ella", enfatizan desde las Euskal Etxea
La Euskal Etxea de Bogotá declaró en mayo persona no grata al delegado del Gobierno vasco en ese país, Iñaki Martínez, una consideración que no levantó hasta el pasado octubre.
Fuentes del Ejecutivo señalan que han sido solo "casos aislados e impulsados por interés político" en un marco de relaciones que, en conjunto, se pueden considerar "normalizadas y hasta modélicas". Algunos de los centros de la diáspora se mantienen gracias a descendientes de emigrantes vascos en segunda o tercera generación, cuya vinculación a Euskadi resulta más cultural que política.
Coincide con esta interpretación la representante de la delegación de Casas Vascas en Chile Rosane Arza: "Nosotros no nos hemos involucrado nunca en nada político. Nuestra única intención es hacer obra social y reunir a la gente".
Clave en la reconducción de los maltrechos contactos fue el viaje que el lehendakari, Patxi López, realizó en julio de 2010 a los Estados norteamericanos de California, Idaho y Nevada, donde estrechó lazos con algunas de las comunidades vascas en el extranjero más influyentes. Fue la confirmación, para algunas Euskal Etxea, de que el escenario no iba a cambiar tanto como se recelaba, a miles de kilómetros de distancia, desde la llegada del PSE a Ajuria Enea.
El otro hito que puede consolidar el entendimiento ha sido el reciente anuncio de cese definitivo de ETA. A esta novedad aludió ayer el secretario general de Acción Exterior, Guillermo Echenique, al instar a los distintos colectivos en el extranjero a ser "agentes" activos de la nueva etapa transmitiendo "la imagen real de Euskadi y las ansias infinitas de paz de la sociedad". "Los vascos en el exterior han recibido la noticia como aquí, con optimismo y alivio, ya que tenían que explicar que Euskadi era un gran país, pero que vivía aterrorizado por una banda armada", justificó.
El emplazamiento de Echenique fue recibido por los responsables de las Casas Vascas que ayer se congregaron en Gernika con el argumento de que ya que llevan muchos años realizando dicha labor. "Nos sentimos embajadores permanentes, con ETA o sin ella. Una Euskadi sin terrorismo no va a cambiar nuestro rol", remarcó Asqueta. En línea muy similar se manifestó Arza: "Es un orgullo el nuevo escenario, pero transmitir las tradiciones, el idioma, la música, el baile... Esto es algo que ya veníamos haciendo".
Congreso en San Sebastián
La buena sintonía que el Gobierno ha recuperado con las Euskal Etxea se escenificará durante esta semana en el congreso de colectividades vascas que, desde mañana y hasta el viernes, se celebrará en el Palacio Kursaal de San Sebastián. Se trata de la quinta edición de un encuentro que se celebra cada cuatro años y que en esta ocasión, primera con un Ejecutivo socialista, congregará a 150 vascos y descendientes que residen en 24 países distintos de Europa, América, Asia y Oceanía.
Entre todos será el lema de un congreso que inaugurará mañana el lehendakari, Patxi López, y que a lo largo de los tres días sumará, como novedad, jornadas para escolares, espacios de divulgación literaria y audiovisual, además de muestras culturales relacionadas con la emigración vasca.
El eje girará, sin embargo, en torno a la situación de los emigrantes vascos, la gestión de los cerca de 180 centros de Euskadi que operan en el extranjero y la cultura que difunden.
El evento, presupuestado como el de hace cuatro años en medio millón de euros, rendirá homenaje a las Casas Vascas que han llegado ya o están a punto de cumplir un siglo de existencia. En el Kursaal se expondrán ponencias y se proyectarán documentales, mientras que en los alrededores del centro de congresos se instalarán casetas que representarán a las distintas colectividades vascas en el extranjero. El programa de actos se completará con la presentación de varios libros.
"Derrotar a ETA no me gusta"
El alcalde de Gernika, José María Gorroño, de EA, partido integrado en la coalición Bildu, explicó ayer a un centenar de representes de 21 Euskal Etxea de varios continentes que no le agrada cuando ahora todo el mundo habla de "derrotar a ETA" "No me gusta", sostuvo. Ni tampoco está de acuerdo con que "ahora todo el mundo se quiera poner medallas" por la paz.
En una charla para los vascos de la diáspora, en la que evitó citar que comparte coalición con la izquierda abertzale ilegalizado, subrayó que "lo bueno" tras el comunicado de cese de la violencia que ETA difundió el pasado día 20 es "que la actividad armada ha desaparecido y lo que hay que hacer ahora es convivir, llegar a reconciliarse, que no es fácil".
En ese momento explicó su visión de cómo facilitar esa convivencia. Aunque no citó el número de asesinatos de ETA, propuso reconocer a todas las víctimas: "Hay que recordar a esas víctimas de ETA, pero hay otras víctimas, que son del GAL que son con financiación del Gobierno, con dinero público que es de una gravedad inmensa y que hubo casi cien muertos. Hay que reconocer a todos", sostuvo.
Pese a no gustarle las "medallas", sí recordó que "Gernika ha sido parte activa en que ETA, el 20 de octubre cesara definitivamente. El 25 septiembre de 2010, en un acto que yo tuve el honor de hacer la presentación, se firmó el Acuerdo de Gernika", en el que la izquierda abertzale apostó por las vías políticas.
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