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Análisis:ANÁLISIS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un trozo de Palestina

Enric González

El viejísimo conflicto de Oriente Próximo tiende a activar en el observador mecanismos similares a los descritos por Arthur Schopenhauer, el filósofo del ultraidealismo pesimista. Con una diferencia: se recurre a una representación mental de la realidad (es decir, hecha de prejuicios) no porque sea inaprensible por los sentidos, sino porque su complejidad resulta disuasoria. Solo la simplificación permite tomar decisiones. Y a veces se toma alguna, con la esperanza de que modifique la realidad y la haga más sencilla, más abordable.

Es el caso de la votación en la Unesco. Los países miembros de la filial cultural y educativa de la ONU han votado de forma abrumadora a favor de la inclusión de Palestina. De lo que se extrae una conclusión obvia: una gran mayoría en el mundo rechaza la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel y quiere hacer algo al respecto. Eso no es una sorpresa.

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Palestina avanza en el ingreso en la ONU

Para hacer algo como integrar al nuevo socio en la Unesco hay que recurrir, sin embargo, a un juego de palabras. Cuando se dice "Palestina" se está diciendo "Organización para la Liberación de Palestina", porque la ONU ha establecido en varias resoluciones que considera a la OLP, una coalición de partidos, como representante del pueblo palestino. Lo cual deja a Hamás fuera de la ecuación. Hamás constituye una presencia incómoda para la diplomacia internacional porque propugna la violencia y no reconoce la legitimidad de Israel. Pero Hamás ganó las únicas elecciones palestinas celebradas hasta el momento, las de 2006, y a día de hoy sigue gobernando Gaza. Hamás existe fuera de la OLP, es decir, de la Palestina admitida en la Unesco; una Palestina que, a efectos prácticos, se limita a Cisjordania y no incluye Gaza.

Ese problema se resolvería si existiera una organización palestina realmente representativa. Y de ahí otro juego de palabras, otro ejercicio de la voluntad frente a la realidad: la "reconciliación" entre la OLP y Hamás se anunció hace ya medio año. Con los resultados conocidos: ninguno. La OLP y Hamás no han sido capaces ni de formar un organismo técnico, más o menos neutro, destinado a superar la guerra civil posterior a las pasadas elecciones y convocar una nueva votación (que, a juzgar por los precedentes, solo sería válida para los organismos internacionales si diera la victoria a la OLP).

Mientras el mundo fabrica su representación simplista de la realidad, Israel fomenta la complejidad disuasoria. Premia con una negociación a quien no quiere negociar (Hamás y el intercambio de presos palestinos por el soldado Gilad Shalit) y maltrata a la OLP, que lleva años trabajando por la seguridad de los israelíes: en materia antiterrorista, Benjamín Netanyahu tiene pocos aliados tan útiles como las precarias autoridades de Cisjordania.

Nadie cuenta con que el Consejo de Seguridad de la ONU, el único organismo que puede reconocer la existencia de un nuevo Estado, dé el a Palestina. En último extremo, Estados Unidos está ahí para impedirlo. El ingreso en la Unesco de una Palestina que representa a un pedazo de Palestina (según las resoluciones de la ONU) puede ser calificado de victoria moral: así suelen denominarse las victorias que no lo son.

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