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Reportaje:

El fotógrafo de la vida ordinaria

Una retrospectiva muestra la crónica de lo cotidiano que John Gutmann realizó en Estados Unidos - La sala Rekalde recoge su original mirada

John Gutmann (Breslau, 1905- Sam Francisco, 1998) era el hijo de una familia judía acomodada con vocación artística, que después de estudiar en Berlín y había completado su formación como pintor a la sombra del expresionista Otto Mueller. La llegada al poder del nazismo en Alemania le obligó a abandonar su país en 1934 y buscarse la vida en los Estados Unidos con 29 años. Tenía una buena cámara fotográfica, una Rolleiflex recién comprada, y un carné de prensa: se convirtió en fotógrafo. Una exposición retrospectiva muestra en la sala Rekalde (alameda de Rekalde, 30. Bilbao) más de un centenar de imágenes en las que plasmó la vida cotidiana, la diversidad de las gentes y los paisajes de su nuevo país con la mirada del emigrante europeo que descubre una realidad diferente. "Es una representación de los Estados Unidos nada convencional", explica el comisario de la exposición, Carlos Gollonet. "Todo era posible. Busca lo original y lo sorprendente de la vida cotidiana".

Formado como pintor, emigró a América huyendo del nazismo

La exposición muestra un autorretrato de Gutmann asomado a la ventana del apartamento que ocupó al llegar a San Francisco, con la bahía al fondo. Es un chico fuerte, que comenzaba una nueva vida en los años de la Gran Depresión gracias a un contrato con una agencia alemana para distribuir en Europa las fotografías realiadas en América. Gollonet destaca que Gutmann conectó con la vitalidad y la forma de vida estadounidense, como otros muchos intelectuales y artistas alemanes que buscaron refugio del nazismo en los Estados Unidos. Su sensibilidad de pintor moderno se trasladó a la fotografía al descubrir el entorno de su nueva vida.

Gutmann fue más allá del mero reportaje documental, profundizando en los aspectos más expresivos y singulares del día a día de la sociedad estadounidense. "Paso de lo ideal a lo ordinario", señala el comisario. El resultado es una crónica de la vida norteamericana, desde los años de la Gran Depresión hasta finales de los años 80 del siglo XX, con fotografías que huyen del preciosismo y del artificio al captar el movimiento y los ángulos más originales de la realidad.

La exposición reúne series que reflejan su fascinación por las ciudades norteamericanas, con sus enormes vallas publicitarias y su continua evolución, y por los automóviles, elevados a la categoría de símbolo del espíritu individualista americano. Pero también su interés por la diversidad étnica, los personajes marginales y los atletas y artistas de circo, en el momento del esfuerzo físico que desafía a la naturaleza.

Gutmann también fue fotógrafo de guerra. Se alistó en el ejército de los Estados Unidos y fue destinado como fotógrafo y camarógrafo a la Oficina de Información de Guerra en Asia. De aquella época son las fotografías de la serie Señales de guerra, una colección de paisajes y arquitecturas de China, Birmania e India, en las que reflejó los pueblos, sus métodos de riego y sus cultivos, pero también las consecuencias del conflicto en la población civil y en los soldados.

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Gutmann comenzó a hacer fotos para comer, pero siguio pintando y considerándose, fundamentalmente, un pintor, a pesar de que sus exposiciones no lograron el éxito. Sus fotografias comenzaron a ganar reconocimiento al publicarse en las grandes revistas americanas, como Life. Pero al final de su vida no se decantó ni por la pintura ni por la fotografía: "la pintura ya no es el arte visual más importante; lo es el cine", declaró en 1989.

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