Dos viejos conocidos
El encuentro 'Mestizajes' aborda la relación entre arte y ciencia - El congreso aúna las voces de escritores e investigadores
Gustavo Schwartz y Alberto Rojo comparten profesión: la física y afición por el arte, las humanidades, la literatura en el caso del primero, la música, si hablamos del segundo. Una fusión sobre la que entre ayer y hoy se celebra, en San Sebastián, el encuentro Mestizajes. Transitando las fronteras entre arte, ciencia y humanismo. Dos días de ponencias a cargo, entre otros, de Bernardo Atxaga, Luisa Etxenike y Agustín Fernández Mallo, con las que desmentir ese axioma falso de que las letras y los números, al igual que los polos de un imán se repelen.
"Todo surgió como una necesidad personal. Soy científico, investigador, pero también escribo ficción, ensayo, y hace unos años comencé a explorar la frontera entre la ciencia y la literatura", explica Schwartz (Buenos Aires, 1966), organizador del encuentro. El objetivo del congreso, impulsado por el Donostia International Physics Center y Jakiunde, añade el físico, consiste en "fomentar el diálogo entre disciplinas, arte, ciencias y humanidades y tratar de repensar las fronteras que las distancian". O, a modo de provocación, "poner en la misma frase términos que en el imaginario popular están en bibliotecas distintas. En la física hay mucha poesía y mucha ciencia en la poesía", opina Rojo, jugando con el título de su conferencia.
La cita "fomenta el diálogo entre disciplinas", según la organización
Un ponente recuerda que Dante anticipó en sus escritos teorías físicas
Schwartz se dio cuenta un buen día, según aclara, de que las batas y los microscopios no terminaban de "llenarle" y comenzó a escribir. Un camino inverso al que transitó Rojo (Tucumán, Argentina, 1960), aficionado a la música desde "bien chico" pero al que una "decisión de adolescente" le llevó a decantarse por la ciencia.
"Uno de los puntos de unión entre ciencia y arte es la belleza", afirma rotundo Schwartz. "Esta mañana [por ayer], por ejemplo, hemos debatido si lo importante en la ciencia era la verdad o la belleza y la verosimilitud y la belleza en literatura". El físico aclara sus postulados al recurrir al Renacimiento y Leonardo, "quien no se preguntaba si estaba haciendo ciencia o arte, simplemente trataba de responder ciertas inquietudes".
Rojo, por el contrario, recurre a Dante para ilustrar la fructífera, indisoluble y vieja relación entre la ciencia y el arte. "Cuando la imaginación del poeta es muy profunda, cuando expresa su asombro ante el mundo de una forma inquisitiva construye realidades imaginarias que más tarde son albergadas por la ciencia, como dijo Borges". Fue el poeta, recuerda, el que a través de "ideas locas" anticipó teorías físicas. "Dante vuela en una especie de pájaro, de monstruo y dice 'si no fuese por el efecto del viento no sabría que estoy volando". Una premisa, según aclara Rojo, resuelta por Galileo 200 años más tarde, "si uno va a velocidad constante es lo mismo que estar quieto. La primera gran unificación de la física".
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