Barcelona se compromete a abrir el canódromo como centro de arte
El PSC felicita a Ciurana, de CiU, por "enfrentarse" a la Generalitat
Las obras de rehabilitación y acondicionamiento del canódromo de Barcelona acabarán "lo antes posible" y la nueva instalación "se incorporará al proyecto de arte contemporáneo que está realizando el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona". El futuro de la instalación, adquirida por el Consistorio hace años, había entrado en un túnel del que parecía que no saldría por la indefinición del Departamento de Cultura de la Generalitat, que dirige Ferran Mascarell, y por la inconcreción de la misma área del Consistorio. La proposición aprobada ayer por unanimidad por todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Barcelona despeja el camino.
El regidor de Cultura, Jaume Ciurana, dijo ayer en el debate que el canódromo se ha puesto a disposición del Museo de Arte Contemporáneo (Macba) para que defina el proyecto. En realidad se trata de un informe solicitado por el Consistorio. El texto de la propuesta aprobada es más claro al afirmar que el canódromo será una de las "sedes prioritarias" del proyecto que realiza el Macba.
Las obras están muy avanzadas y falta acondicionar el interior
El propio Ciurana no se mostraba tan convencido de que el canódromo fuera el mejor espacio -por el tipo de edificio que es- para el proyecto del arte contemporáneo en una entrevista publicada por este diario (veáse EL PAÍS del pasado 23 de julio).
La proposición de ayer fue presentada por el PSC y contó con el apoyo del PP, que introdujo un matiz: el compromiso de acabar las obras "en el tiempo más breve posible" y no en el plazo de seis meses, que era el de la propuesta socialista. Al acuerdo entre el PSC y el PP se sumaron ICV-EUiA y UxB. Y CiU, finalmente, también se añadió.
El sí de los nacionalistas sorprendió al PSC, especialmente al regidor Jordi Martí, que se congratuló de la clarificación de la postura de Ciurana. "Aplaudo la valentía política de Jaume Ciurana de enfrentarse a la Generalitat en defensa de un equipamiento cultural de Barcelona". Fuentes del Departamento de Cultura de la Generalitat negaron que el proyecto del canódromo hubiese estado en peligro nunca. "Se trata de una reflexión más profunda que se está haciendo", insistía un portavoz del departamento. No contestaron sobre cuál será la financiación del canódromo una vez que ya funcione como centro. La mayor parte del coste de su construcción, 3,5 millones de euros, fue de inversión municipal a través de los fondos estructurales del Gobierno central. El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conca) aportó 900.000 euros y la partida para finalizar los trabajos estaba presupuestada en 700.000 euros, también de aportación municipal. Esta partida no ha sido gastada y se destinará a terminar la instalación de ascensores y elementos estructurales de accesibilidad, y también al acondicionamiento del interior del edificio, el adecuado para un centro de arte, según precisaron portavoces municipales. Otras fuentes indican que el problema principal no es el fin de obra, sino financiar el funcionamiento del centro. Con el exconsejero del tripartito Joan Manel Treserras (ERC) se pactó en su día que el coste del funcionamiento se pagaría al 50% entre Generalitat y Ayuntamiento. Ahora esa financiación no está clara.
Para los socialistas del Consistorio, un problema que se está empezando a acusar en el ámbito cultural de la ciudad es el contraste de posiciones entre el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, y su homónimo en el Consistorio, Jaume Ciurana. Esta diferencia de puntos de vista era muy evidente en circunstancias muy distintas, cuando Ferran Mascarell era el regidor socialista de Cultura del Consistorio y Ciurana estaba en la oposición encargado de la misma cartera.
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