La primera televisión comunitaria de Madrid va a negro
Tele K cierra agobiada por la crisis económica y la desidia política
La crisis arrastra al cierre a Tele K, la primera televisión comunitaria de Madrid. Tras 18 años en antena, esta emisora sin ánimo de lucro asentada en el barrio de Vallecas va hoy a negro después de atravesar un calvario legislativo y con la esperanza de volver al dial cuando su situación financiera mejore. Su asfixia económica comenzó a despuntar antes del verano, cuando sus responsables lanzaron una campaña para captar socios comprometidos a aportar fondos. El canal necesitaba 500 afiliados y hasta el momento se han apuntado 162, una cifra insuficiente para sufragar los costes. En total, ha recaudado 17.000 euros.
Pero las cuentas no terminan de cuadrar. La compañía ha visto cómo se han desplomado los patrocinadores, en parte por el masivo cierre de pequeños comercios en Vallecas. "Nos hemos ido quemando en un fuego lento", asegura Francisco Pérez, director y uno de los fundadores de la emisora. Para seguir a flote la empresa necesitaba un mínimo de 30.000 euros (solo poner en el aire la señal cuesta 4.000 euros al mes). Además, ha estado emitiendo en una frecuencia rodeada de programas de brujos, videntes y hechiceros, cuyas interferencias llegaban a anular las señales del canal vallecano.
En la historia de la televisión local, Tele K ha marcado un antes y un después. Tradicionalmente, las emisoras municipales se habían limitado a transmitir esporádicamente los plenos del Ayuntamiento o las fiestas patronales. "Tele K fue la primera que se planteó una programación estable y con contenidos de interés social y cultural", asegura Pérez. Abrió el camino a una reflexión sobre la necesidad de atender zonas desfavorecidas. "La televisión ha estado ligada a procesos de formación de los ciudadanos en la sociedad de la información", añade Pérez. Tele K ha sido una televisión y también una escuela, un centro de formación audiovisual, cantera de técnicos, realizadores o presentadores. Un modelo que ha sido trasplantado a países de América Latina, África o Europa.
La puntilla a esta emisora de proximidad, pionera en Madrid, ha sido una eterna situación de provisionalidad legal. Pese a que la ley reconocía el derecho de las estaciones comunitarias que operaban antes de 1995 a disfrutar de una licencia, ni la Comunidad de Madrid ni el Ministerio de Industria le concedieron título habilitante. Ahora, el Gobierno de Zapatero parece dispuesto a sacar adelante el esperado decreto. "Es lamentable", afirma Pérez, "que se haya esperado tanto tiempo. Hace 15 meses estaba listo un texto que había pasado por el Castsi [Consejo Asesor de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información] y la CMT [Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones]. Estos organismos dieron el visto bueno a un decreto que ha estado meses en un cajón, no sabemos si por intereses de alguien o por desidia del Gobierno".
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