Una apuesta por lo seguro
"En la primera vuelta voté por [Arnaud] Montebourg y esta vez, aunque me reconozco más en las ideas de Aubry, he elegido a Hollande porque creo que tiene más posibilidades de ganar contra Sarkozy", explicaba ayer Marine Salama, estudiante de 25 años, tras votar en un colegio electoral del popular distrito XIX, donde Aubry ganó la semana pasada. "Normalmente voto por la extrema izquierda, pero ahora no quiero que se repita lo de 2002", cuando el candidato socialista, Lionel Jospin, fue eliminado en la primera vuelta y los franceses tuvieron que elegir entre el presidente saliente conservador Jacques Chirac y el candidato del Frente Nacional (extrema derecha), Jean-Marie Le Pen. "Cuando he metido la papeleta en la urna he pensado, lo mismo acabo de votar por el próximo presidente".
Ekaterina Doprinova, actriz de 38 años, mantuvo su apoyo a la primera secretaria. "Creo que es más fiable y con más experiencia, y además me parece bien que se presente una mujer", comenta a las puerta del colegio electoral. "Pero bueno, creo que se impondrá Hollande, y si hay que votar por él en las presidenciales, pues no hay problema... de hecho, me da la impresión que él ha votado por Hollande", dice entre risas señalando a su pareja.
Independientemente de su voto, la mayoría de los que se acercaban al colegio electoral alababan el proceso democrático que supone la apertura de las primarias a los simpatizantes, pero reconocían que el peor resultado sería que el ganador se impusiera con un estrecho margen. "Es como ayer [por anteayer] en el rugby, Francia ganó a Gales por 9-8, la gente no se quedó muy convencida", explicaba Jérôme Amory, presidente del colegio electoral y concejal socialista.
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