Con espíritu se emprende
Autónomos, cooperativas y pymes son los motores del empleo en un país que reclama eliminar trabas al empresariado
España solo podrá salir de la crisis económica si cambiamos nuestra percepción sobre los empresarios, si deja de estar mal visto ese emprendedor que arriesga su patrimonio, monta un negocio y gana dinero con él. Y si se ponen en marcha medidas para favorecer que autónomos y pequeños empresarios puedan mantener en pie los negocios ya constituidos. Esas dos armas servirán para que se logre generar empleo en el país, según los expertos reunidos en torno a una mesa organizada por EL PAÍS y patrocinada por Banca Cívica, para debatir sobre las nuevas fórmulas para crear puestos de trabajo. Menos trabas al empresario y más flexibilidad laboral son las recetas que aportaron los emprendedores, en tanto se consigue que a través de la educación se modifique esa mala imagen que se tiene de los empresarios.
En España, solo un 4% de los menores de 25 años monta un negocio
Hay que cambiar la cultura de aversión al riesgo y a los emprendedores
"En Estados Unidos, todos nacemos empresarios, y aquí tienes que convencer a los demás de tu trabajo", se queja Kay Hespen, fundadora de la cadena de panaderías y pastelerías Cosmen & Keiless, para quien, en España, la mayor parte de la población quiere un trabajo asalariado y un contrato indefinido, "yo no había visto un contrato indefinido hasta que llegué aquí", sostiene esta empresaria que hace tres años abrió el primer establecimiento de la marca. Hoy cuenta con siete tiendas, de las cuales dos son propias, y el resto, franquiciadas. El plan de Cosmen & Keiless pasa por abrir tres o cuatro establecimientos más antes de final de año, es decir, generar trabajo (unos cuatro empleos por cada tienda).
Sebastián Muriel, vicepresidente de desarrollo corporativo de Tuenti, quiere mostrar una cara más optimista: "No somos un país amante del riesgo ni de los emprendedores. Pero eso no quiere decir que en España no se pueda emprender. De hecho, tenemos historias de éxito que lo confirman. Tuenti es la única red social que hace un poco de sombra a
Facebook en el mundo, y es española. Tenemos que intentar conseguir más ejemplos así".
En su opinión, es necesario inculcar a los jóvenes el espíritu emprendedor desde pequeños. "En el sector de Internet tenemos una oportunidad como país. No hacen falta grandes inversiones, pero sí contar con el mejor talento. Hemos de formar a nuestra gente en la sociedad del conocimiento, de las ideas", añade Muriel. Tuenti está contratando profesionales (espera captar a unos 25 de aquí a final de año), pero se enfrenta a la escasez de especialistas en España y a la complejidad de ir a buscarlos al extranjero.
"La cultura antiemprendedor y de aversión al riesgo se inculca en las familias. Hay que cambiar esa creencia desde la base: la educación. Porque para afrontar la crisis tenemos que crear empresas, mantenerlas y consolidarlas. Y hoy en España existen obstáculos a cualquiera de estas tres cosas", asegura Celia Ferrero, coordinadora del Diálogo Social de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). "En España, solo el 4% de los menores de 25 años emprende su propio negocio, mientras que en Estados Unidos el porcentaje se eleva al 60%. Nuestra tasa de emprendimiento no llega ni al 15%, aunque seamos el país con más autónomos del mundo", añade Ferrero.
Bere Casillas, conocido como el sastre 2.0 por haber dado una nueva dimensión a un negocio tradicional con sede en Granada a través de las redes sociales, aporta un granito de esperanza porque cree que empieza a detectarse un cierto movimiento hacia el autoempleo entre quienes se han quedado en paro. "Es la única solución viable", sentencia. Y está convencido de que Internet ha abierto un canal inmejorable para crear una pequeña empresa, sostiene Casillas, en cuya sastrería trabajan cinco personas que dentro de poco van a hacer hueco a dos más. Su facturación, asegura, se eleva a 600.000 euros.
Ante la imposibilidad de encontrar empleo por cuenta ajena como consecuencia de la crisis y los altos índices de paro, los trabajadores optan por unirse para crear su propia sociedad y conseguir su propio sueldo en torno a las empresas de la economía social, continúa en esa línea Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), que agrupa a 46.000 compañías con un volumen de negocio de 90.000 millones de euros y que emplea a 2,3 millones de personas en cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, empresas de inserción, etcétera.
Pedreño asegura que, como el principal objetivo de este tipo de sociedades es el mantenimiento del empleo ("que es el mayor compromiso con la responsabilidad social corporativa"), incluso a costa de reducir sueldos y salarios, como está ocurriendo actualmente, "son las únicas empresas que están generando trabajo durante la crisis. Más de 24.000 puestos nuevos en los tres últimos años", expone el presidente de CEPES.
Durante el primer trimestre de 2011, prosigue, se han constituido 620 cooperativas y sociedades laborales que han supuesto más de 3.000 empleos creados. "Esta evolución tan importante en la generación de trabajo se debe al compromiso de los empleados con su empresa", agrega.
Marta Esteve, directora de Rentalia, una de las más conocidas webs de reservas de casas de vacaciones, considera que uno de los mayores frenos a la creación de empleo es la legislación laboral y su falta de flexibilidad, que es, en opinión de Pedreño, el motivo por el que las sociedades de la economía social sobreviven, "porque se adaptan fácilmente a la realidad del momento, son flexibles".
Justo al contrario que las empresas tradicionales. La responsable de Rentalia mantiene que "cuando alguien lleva cuatro o cinco años en la empresa no quiere moverse de su puesto, en la creencia de que puede perder el derecho a una indemnización". Coincide con ella Kay Hespen: "Si en España hubiera otras condiciones laborales, contrataría mucho más. No es razonable tener que pedir un crédito para pagar las indemnizaciones de quienes llevan cinco o seis años en la empresa y ya no son eficaces".
Para Esteve, "todo lo que dé miedo a contratar al empresario es malo". Aunque la falta de flexibilidad laboral no es la única traba para el emprendimiento, sí es la más importante, dice. "También necesitamos menos costes a la hora de constituir las sociedades y mayores facilidades en la tributación. Que resulte más sencillo", asevera la fundadora del portal de alquiler de vacaciones.
"Hay 146 países en que es más fácil crear una empresa que en España, donde se tarda 47 días de media en ponerla en funcionamiento", apunta Celia Ferrero, citando el informe Doing business, que elabora anualmente el Banco Mundial y del que se desprende que, en 2011, nuestro país ha perdido cuatro posiciones respecto a 2010 en cuanto a la facilidad de hacer negocios en él. Los trámites para crear una empresa en España son una decena de media, muy por encima de la mayoría de los países de nuestro entorno. Sin embargo, según el citado estudio, nuestro país ocupa el puesto número 19º en lo que a la facilidad de cerrar una empresa se refiere.
"Es vital reducir las trabas para convertirse en autónomo, que es la forma más fácil de crear una empresa en España", recomienda Marta Esteve.
En esta línea, la representante de ATA espera que el Gobierno que salga de las urnas el próximo mes implante medidas que faciliten la creación de empresas si se quiere hacer frente a la crisis. Y estas medidas deben encaminarse en la dirección que propone Bruselas, donde se pretende "un solo sitio, un solo documento y de una sola vez". Ferrero propone otra iniciativa, en este caso, para mantener el tejido empresarial existente: que los autónomos paguen impuestos en función de sus ingresos. "Actualmente, con la caída drástica de la actividad, en muchas ocasiones, los autónomos tienen que pagar más de lo que ingresan. Hay que cuidar el autoempleo, que es el único que genera puestos de trabajo hoy", afirma.
Otra de las peticiones de empresarios y emprendedores es que se agilice el crédito. "Se podrían dinamizar los préstamos entre personas. Igual que en el sector de tecnología existen los business angels, ¿por qué no incentivar desde el Gobierno que tu hermana te preste dinero, por ejemplo?", sugiere la directora de Rentalia. Y promover medidas dirigidas a que las pequeñas empresas y autónomos tengan garantizada su liquidez, ya sea aplazando sin recargo las cotizaciones a la Seguridad Social o el pago del IVA, propone Celia Ferrero, quien, respecto al crédito, se muestra sorprendida porque "el Fondo Progres, dotado con 32 millones de euros para microcréditos, no se ha cubierto. Solo dos entidades han acudido a él", afirma. Ferrero y Esteve insistieron en que no se debería obligar a las empresas a pagar el IVA de facturas que no han cobrado. También reclamaron más flexibilidad en el calendario de tributación para adaptarlo a las necesidades de liquidez de cada empresa.
No faltan peticiones por parte de empresas y asociaciones. Aunque, una vez más, la que más suena entre ellas es la de flexibilizar el mercado laboral. Sebastián Muriel está convencido de que la relación empleado-empleador tiene que cambiar. "Hemos de olvidarnos del trabajo de nueve a cinco. La misión del trabajador ha de ser incrementar el valor de la compañía, y esta, al tiempo que gana con el compromiso del empleado, debe darle como contrapartida otras formas de retribución. Premiarle en acciones de la empresa, por ejemplo. Si se favorece que empresario y empleado compartan el éxito, cambiaría la cultura laboral en España", zanja.
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